Castellano, pregunta formulada por salonmaria732, hace 6 meses

análisis romance del rey miguel​

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Contestado por eimyjuliana08
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Respuesta:

Miguel de Buría, el esclavo que se rebeló contra los españoles en 1553, un año después de la fundación de la ciudad de la Nueva Segovia de Barquisimeto, fue el primero y único rey venezolano. Así lo recogen los cronistas fray Pedro Aguado, fray Pedro Simón y Juan de Castellanos. Aguado, que es quien da a conocer la primera versión de aquella rebelión en su libro Recopilación Historial de Venezuela, escrita en 1581, señala que aunque el alzamiento de los esclavos no era parte de la intención de su relato, decidió incorporar en su crónica “una de las cosas o acontecimientos más notables que en esta gobernación han sucedido, después de lo de Aguirre”. Con esto último se refería al levantamiento, casi de dimensión continental, de Lope de Aguirre quien había partido del Perú para terminar abatido en Barquisimeto, en el año de 1561.

Si bien Aguado describe muy bien la llegada de los esclavos mineros a la zona de Buría, para la explotación de las minas de oro que Damián del Barrio había descubierto en 1551, es Pedro Simón, autor del libro Noticias Historiales de Venezuela, publicada en 1627, quien le reconoce al levantamiento de los esclavos liderizados por Miguel la iniciativa de haber fundado un reino africano, en nuestro territorio. Recordémoslo con sus propias palabras: “El rey Miguel ordenó luego que en un sitio fuerte y acomodado para la vivienda humana, cercado, se hiciesen casas fuertes a su modo, como hombre que tenía intentos de permanecer en aquel sitio, y hacerse señor de toda la tierra” ¿Cómo se llegó a esta situación tan singular?

Dos fases

Lo que sabemos, es que Miguel llegó al Real de Minas de San Felipe de Buría en 1551 procedente posiblemente de Puerto Rico, como parte de un contingente de esclavos de origen africano traídos por las autoridades españolas. De Miguel, Aguado se refiere a un negro muy “ladino en la lengua castellana, y aun resabido y entendido en bellaquerías”, es decir, un hombre con cierta preparación, expresivo y astuto. Ahora bien, la rebelión tiene dos fases. En un primer momento, Miguel se enfrenta a Pedro del Barrio, minero español que quiso castigarlo. Frente a esa situación, el joven se defiende del castigo con una espada y luego huye al monte. Y viene el segundo momento. Ya oculto en las montañas, Miguel –relata el propio Aguado– “con diabólica y depravada intención, comenzó a persuadir a los demás esclavos a que dejando la servidumbre en que estaban, tomasen la malvada libertad que él tenía usurpada”.

Así, con un discurso de libertad, Miguel persuade a una veintena de sus compañeros para que se unieran a él y lo siguieran, constituyendo con esa acción el núcleo inicial de la rebelión posterior. En este sentido, Miguel no solo huyó de sus amos. Asumió una labor de hostigamiento contra las minas y finalmente preparó un pequeño ejército que le permitió invadir la recién fundada ciudad de Nueva Segovia y allí proclamó su reinado. Acompañado de hasta ciento ochenta personas, cuando la Nueva Segovia se fundó con cuarenta vecinos, Miguel “era tan acatado y reverenciado (...) que determinó de hacerse rey”. Y dice Aguado en su relato el señor Rey Miguel “fue el primero que de este nombre ha habido en el mundo”. Nombró ministros y oficiales de la casa real, con su reina, que era su esposa Guiomar y su pequeño hijo como príncipe, y hasta un Obispo. ¿Una parodia?  

De ninguna manera. Como bien ha observado Roger Bastide en su obra Les Amériques noir, editada en 1967, en los barcos negreros procedentes del África, no sólo venían hombres, mujeres y niños para el trabajo como esclavos, sino también sus dioses, sus creencias y su folclor. Y venían también ideas políticas y deseos naturales de libertad. Por eso, hay que interpretar con profundidad, el relato del cronista Aguado cuando señala que en el discurso que Miguel le exponía a sus compañeros de infortunio que “habiéndolos Dios criado libres (...) los españoles tiránicamente los tenían sujetos y puestos en perpetua servidumbre y que solamente en España tenían esa sujeción en los de su nación y no en otra parte ninguna...”.

no pensaban

Uno de los pilares de justificación de la esclavitud era que los esclavos no tenían ideas, no pensaban. Pero Miguel, pensaba en un orden político, reminiscencia de formas tribales africanas, donde él es el Señor. Por eso, no sólo hay reacción contra la opresión y violencia contra el amo. Hay una idea de que otro orden es posible. En consecuencia, dice Aguado, “el rey Miguel ordenó luego su pueblo, y mandó hacer casas en que viviesen, como hombre que pensaba permanecer perpetuamente”. A pesar de la derrota sufrida a manos del capitán Diego de Losada, aquel alzamiento pasó a la historia como la primera insurrección de negros esclavos en la Venezuela colonial, quedando perpetuado Miguel como “el Rey Miguelito” de la leyenda yaracuyana.

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