análisis del poema de César Vallejo los heraldos negros
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Poema "Los heraldos negros"
Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!
Golpes como del odio de Dios; como si ante ellos,
la resaca de todo lo sufrido
se empozara en el alma… ¡Yo no sé!
Son pocos; pero son… Abren zanjas oscuras
en el rostro más fiero y en el lomo más fuerte.
Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas;
o los heraldos negros que nos manda la Muerte.
Son las caídas hondas de los Cristos del alma
de alguna fe adorable que el Destino blasfema.
Esos golpes sangrientos son las crepitaciones
de algún pan que en la puerta del horno se nos quema.
Y el hombre… Pobre… ¡pobre! Vuelve los ojos, como
cuando por sobre el hombro nos llama una palmada;
vuelve los ojos locos, y todo lo vivido
se empoza, como charco de culpa, en la mirada.
Hay golpes en la vida, tan fuertes… ¡Yo no sé!
Explicación:
Análisis del poema
"Los heraldos negros" es un poema lírico en el que predominan las formas clásicas del romanticismo y modernismo, pero que introduce también elementos de las vanguardias poéticas.
Encontramos el verso alejandrino (14 sílabas) —predilecto entre los modernistas— y la rima, pero también irrupciones en el ritmo que rompen la forma clásica, la introducción de palabras sin prestigio poético ("charcos", "empozar"), o mayúsculas en medio de los versos ("Muerte", "Destino").
También están algunos elementos de la prosa, como el uso del lenguaje y de imágenes cotidianas: "el pan en la puerta del horno"; "la palmada que llama sobre el hombro".
Se ven las posibilidades expresivas del lenguaje hablado que no se limita a gramáticas ni ortografías. Gracias a esto tenemos a los "Cristos", los "Atilas", y nos topamos con la fuerza semántica que tiene "son pocos, pero son", que deja la sensación de que, efectivamente, habla de una forma de "ser" más sólida, que pesa más, y es, de alguna manera, definitiva.
La música intrínseca del lenguaje, que es la base musical de la prosa y el verso libre, está presente en el poema con la riqueza sonora que crean fragmentos como "del odio de Dios", "vuelve los ojos locos, y todo lo vivido", "Esos golpes sangrientos son las crepitaciones". Y también en el golpe de acento de ciertas palabras, como "bárbaros" que resalta en "Serán tal vez los potros de bárbaros Atilas".
Voz poética
Las repeticiones de "¡Yo no sé!" presentan a la voz poética en primera persona. El interés del poema está en la subjetividad del individuo, en su manera de percibir el mundo. Es un "yo" vulnerable, humano en tanto qué es frágil y temporal.
La voz poética de "Los heraldos negros" nos define como seres humanos que registramos, somos conscientes, sentimos, incluso aquello que es mucho más grande, que nos avasalla, para lo que no tenemos ni siquiera un lenguaje: el destino, lo divino, el sufrimiento, la muerte.