Ciencias Sociales, pregunta formulada por 94327916685, hace 17 horas

AMÉRICA LATINA NECESITARÁ UNA NUEVA INDEPENDENCIA

Respuestas a la pregunta

Contestado por Valentina1589
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Respuesta:

1Antes de ocuparnos expresamente de una cuestión que tan angustiosamente nos congrega, tendremos que hablar del necesario rescate de categorías y de símbolos, así como de nuestra vergonzosa y hasta humillante situación de dependencia. La recuperación que he mencionado no es fácil ya que habrá de hacérselo desde el desmontaje de un discurso inconsistente y, respecto de la última, tendremos que regresar a cuestiones densamente discutidas en décadas pasadas y que han sido sumergidas en el olvido. Tulio Halperín Donghi ha dicho en 1999, refiriéndose a este sistemático olvido que “De la teoría de la dependencia no se habla más”1.

2Comenzaremos con aquel rescate de símbolos, mas, para ello no podemos evitar en este momento, el recuerdo del hecho indigno que significó la compra del voto de un grupo de senadores con dineros reservados del Poder Ejecutivo de la Nación, para lograr la mayoría que necesitaba el Senado con el objeto de aprobar esa ley profundamente antinacional, la llamada de “Desrregulación del trabajo”, exigida por el Fondo Monetario Internacional y que provocó, en su momento, la renuncia del Vicepresidente de la Nación; todos tenemos igualmente presente los bochornosos manejos llevados a cabo entre el Poder Ejecutivo y el Congreso nacionales para modificar la Ley de Quiebras, así como para obtener la derogación de la Ley de Subversión Económica, exigidas ambas por el mismo Fondo Monetario y con el fin abiertamente declarado de asegurar la impunidad de capitalistas y banqueros comprometidos con el saqueo de la Nación.

3Pues bien en esta tierra en la que la impunidad viene creciendo desde que regresamos a la democracia, con las leyes de Obediencia debida, de Punto final, de amnistía e indulto de delincuentes responsables de crímenes atroces y aberrantes, del sobreseimiento de causas, como la iniciada en su momento contra los responsables de una deuda externa reconocidamente fraudulenta, hay todavía voces que se muestran con dignidad.

4Quiero hablar de la señora Alicia Castro, diputada nacional y de su valiente gesto ante la conducta indigna, deshonrosa y humillante de la mayoría de diputados que votaron la modificación de la Ley de quiebras. Dijo la señora Castro en esa ocasión:

2  Página 12, Buenos Aires, 10 de mayo de 2002.

5“Si el Congreso se va a limitar a ser la escribanía del Fondo Monetario Internacional, si esto va a seguir siendo así, yo sugiero que los responsables sean honestos y arríen la Bandera Nacional y procedan a seguir legislando con esta bandera”. “Y casi sin respirar –comenta un periodista- se puso de pie con la insignia norteamericana en sus manos. Seguida por su compañero de bloque, Alfredo Villalva, se dirigió hacia la presidencia del cuerpo. Allí , al alcance de la mano de Camaño (el presidente de Diputados) dejó el estandarte de las barras y las estrellas...”2.

6Gesto y palabras cargadas de valor simbólico, movidas por un sentimiento de indignación, de dolor y también de humillación que tienen como referente una patria vulnerada y conculcada. Debemos confesar que durante muchos años hemos evitado las invocaciones a la patria y sus símbolos, por el temor de caer en patriotismo cursi o presuntuoso, o simplemente, por no incurrir en el nacionalismo de sectores reaccionarios, olvidándonos que la patria tiene otros valores semánticos y que, también por eso mismo es palabra de libertad y de dignidad.

7La patria la invocaban ya nuestros escritores del siglo XVIII y la palabra aparecía siempre en el discurso colonial en particular en relación con protestas contra la situación de marginación con que la Metrópoli mantenía a sus colonos. Se trataba de una patria invocada desde una voluntad de autonomismo y que implicaba una crítica al poder metropolitano. Mas tarde la patria adquirió un sentido distinto en el discurso revolucionario, ya claramente separatista. Tal es el uso de la palabra en Simón Bolívar, en San Martín y, por cierto, en todos los libertadores de ayer y de hoy.

En el célebre juramento de Bolívar en el Monte Sacro, en Roma, el 15 de agosto de 1805, la palabra patria tenía un significado decididamente liberador, más allá de los orígenes sociales de quien hacía el juramento.

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