aliteración del poema La tempestad escritor José zorrilla
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
estético francés contemporáneo divide las artes en decorativas y expresivas según que, fijándose en la belleza de las formas, aspiran sólo a causar en el espíritu purísimo deleite, o sirviéndose de la forma como de vestidura de la idea, cifran su objeto en la expresión de ésta, poniendo el arte al servicio de altos ideales. Ambos géneros del arte son igualmente legítimos, sin duda; pero el segundo aventaja al primero, y es característico de nuestros tiempos.
Aceptando esta clasificación del estético francés, pudiéramos decir que el más insigne representante de la poesía decorativa contemporánea es el autor de los Cantos del Trovador, de Granada y de D. Juan Tenorio, es el popular poeta D. José Zorrilla.
Si el arte no es más que combinación perfecta y gratísima de líneas, colores o sonidos, el arte poético español puede decirse que ha tomado carne y se ha hecho hombre en la persona de D. José Zorrilla. Porque no hay más allá: es vana empresa buscar en la poesía antigua y moderna algo que se [346] parezca a la prodigiosa creación del ilustre vate; la palabra humana ha llegado en sus labios al punto más alto a que se puede llegar.
Fundir en la palabra todos los elementos, efectos y recursos de la música y de las artes plásticas; hacer del lenguaje una sinfonía y un cuadro; convertir el sonido articulado en línea, color y movimiento; trazar en la fantasía imágenes llenas de verdad, prescindiendo de la retina y utilizando como pincel la vibración del nervio acústico, y diseñando y colocando paisajes y escenas, y esculpiendo figuras, más vivas, verdaderas e indestructibles que las creadas por el cincel o por la brocha; aprisionar en la fugaz cárcel del sonido todas las maravillas de la naturaleza, todos los encantos de la leyenda y todas las grandezas de la historia; trocar el lenguaje en eco fidelísimo de todas las armonías, haciéndole unas veces tan dulce como
el ruido de las hojas
movidas por las auras del oloroso Abril,
y otras tan terribles como
el ruido con que rueda la ronca tempestad;
hallar acentos adecuados y sonoros para todo cuanto vibra y palpita en el seno de la naturaleza o en el fondo del alma humana; reemplazar, en suma, todas las artes por una sola, sustituyendo todos sus procedimientos con la palabra; tal ha sido la inconcebible y titánica empresa llevada a cabo por D. José Zorrilla.
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