Algunos filósofos defienden la idea de que solo podemos definir que algo es bueno evaluando sus consecuencias. Para John
Stuart Mill, por ejemplo, una acción es buena y justa si produce un aumento en el nivel de felicidad de todos los afectados igual
o mayor que cualquier acción alternativa:
El credo que acepta la utilidad o principio de la mayor felicidad como fundamento de la moral, sostiene que las acciones son
justas en la medida en que tienden a promover la felicidad, e injustas en cuanto tienden a producir lo contrario de la felicidad.
Se entiende por felicidad el placer y la ausencia de dolor; por infelicidad, el dolor y la ausencia de placer.
Mill, J. S. El utilitarismo (1863)
RESPONDER:
2. Desde los planteamientos morales de Jhon Stuart Mill, considera usted que si hay felicidad seremos justos?
3. Según el texto, estás de acuerdo con la idea de la moral que menciona el autor, justifique. ayudame #)
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Explicación:
Completamente en desacuerdo, y explicaré el porqué. Para la postura que este filósofo defiende el acto y la consecuencia parece que vaya ligado a la emoción que se desata cuando se ejecuta el acto, quedando sujeto a lo que parece una dualidad preconcebida.
Para hacerlo más sencillo, diré simplemente que lo que hace feliz a una persona no hace a otra, por lo que la felicidad subjetiva depende de los juicios de la persona, que la llevan a desatar una serie de emociones y a su vez el acto y sus consecuencias. Este orden no es obligatoriamente así, pues una emoción puede traer a la memoria pensamientos vinculados y un acto despertar emociones de diversa índole.
Podría ser que la felicidad objetiva sea la ausencia de todo juicio, de liberar su mente de toda etiqueta y observar la vida con la absoluta inocencia que tenía cuando era niño, donde no había ni mal ni bien consciente: sólo actos inofensivos que le fueron juzgados o juzgó, llevándole a despertar y generar creencias, y por consiguiente, emociones diversas.
¿Somos justos si hay felicidad? Por poner un ejemplo: a un sádico le hace feliz el dolor ajeno (y esto no sería calificado de justo por el que sufre).