Alguien sabe la respuesta a esta pregunta :/
¿Cuándo se empezó a utilizar el criterio de eficiencia?
Respuestas a la pregunta
Respuesta: Este artículo busca recordar y resaltar la pertinencia de la eficiencia transaccional que propone la nueva economía institucional frente al equilibrio de Pareto que propone la economía neoclásica. Argumenta que la eficiencia transaccional es más pertinente que el criterio de eficiencia neoclásico cuando se trata de concebir y evaluar políticas económicas. La síntesis de los fundamentos teóricos de la intervención pública y de la eficiencia transaccional, así como el análisis de tres estudios empíricos, muestran la conveniencia de la eficiencia transaccional.
Explicación:Cuando se analizan las decisiones en materia de desarrollo industrial y económico parece que los diseñadores de política económicas han olvidado que los economistas emplean varios criterios de eficiencia. El más conocido es el óptimo de Pareto, que postula un equilibrio perfecto entre la oferta y la demanda de bienes y servicios. Sin embargo, el criterio maximín (Rawls, 1974), la eficiencia dinámica austriaca (Agafonow, 2007), la eficiencia X (Comanor y Leibenstein, 1969) y la eficiencia transaccional (Williamson, 1991) son aportes teóricos decisivos en la evolución de la economía política. Este artículo examina los aportes recientes, teóricos y empíricos, de la eficiencia transaccional, donde se minimizan los costos con respecto a las demás situaciones observadas.
Mientras que la teoría neoclásica nos dice que los agentes negocian sin limitación alguna en el mercado hasta llegar a un precio y una cantidad de equilibrio, la nueva economía institucional (NEI) destaca los costos de transacción en que incurren productores y consumidores para alcanzar el equilibrio (Coase, 1937). Estos costos pueden ser ex ante o ex post con respecto a las transacciones o intercambios. Por ejemplo, la búsqueda de información, la negociación y la redacción de contratos tienen costos que los agentes deben asumir antes de intercambiar. Los costos de control de calidad, verificación del cumplimiento de las obligaciones, solución de conflictos y renegociaciones aparecen una vez hecha la transacción. Así, en el mercado existen costos de producción y de transacción. La introducción de los costos de transacción en el análisis económico tiene dos consecuencias estrechamente ligadas: primera, el hecho de que en ciertas ocasiones los costos de transacción sean mayores que la renta derivada de la venta del bien o servicio vuelve improductiva su producción; segunda, en estas circunstancias el mercado no es la forma de organización más eficiente para reducir los costos.
Sin insistir en las numerosas críticas a la teoría neoclásica sobre la existencia de un mundo ideal donde hay un equilibrio perfecto entre oferta y demanda, las preferencias de todos los agentes se satisfacen plenamente y el interés individual conduce al bienestar colectivo1, este artículo recuerda la pertinencia del criterio de eficiencia transaccional en la concepción y evaluación de políticas económicas sectoriales e institucionales. A pesar de que la verificación empírica de la eficiencia transaccional es confirmada por más de 800 estudios (Klein y Schelanski, 1995, y Boerner y Macher, 2001), su uso en contextos no académicos es tímido y escaso (Coase, 2002). Como muestran los estudios empíricos que aquí se analizan, hay una brecha entre la concepción de las políticas y las reformas económicas, y el logro de sus objetivos. Este artículo resalta la idoneidad de la eficiencia transaccional, que no es más que un resultado del enriquecimiento de la economía política, para alcanzar metas concretas en materia de reformas institucionales y sectoriales.
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