Matemáticas, pregunta formulada por burrloco12345, hace 8 meses

alguien que tenga la historieta de La enfermedad de Poligonolandia ya echa porfavor es para hoy​

Respuestas a la pregunta

Contestado por lunaamarilla13
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Respuesta:

El miedo se había apoderado de los habitantes de Poligonolandia. Una extraña enfermedad se había instalado en el Reino y, poco a poco, les quitaba su apariencia de polígonos: un triángulo, que había sido despojado de sus vértices, ahora vagaba como tres segmentos sin conexión; a un cuadrilátero se le habían alargado dos de sus lados; uno de los lados de un pentágono se había vuelto curvo; un hexágono había dejado escapar su interior al romperse por uno de sus vértices… Lo extraño era que muy pocos poligonitos habían sido afectados.

Traviesa, una cuadrilátera cóncava, es decir, con algún ángulo mayor de 180º, estaba escondida debajo de la mesa octogonal donde se realizaban las reuniones de los Ancianos, los 8 polígonos regulares que actualmente se encargaban de gobernar. Ella era la “hija” de uno de ellos. Era raro que un polígono regular se dignara a mirar siquiera a un polígono irregular, y más si era cóncavo y tenía tan sólo 4 lados, por lo tanto mucho más extraño era que un polígono regular de 100 lados, un cientágono, hubiera adoptado a Traviesa; pero así era. Los rumores decían que en realidad ella era su verdadera hija, pero él nunca lo había querido reconocer.

Traviesa estaba pensativa. No había podido evitar escuchar la conversación. Si alguno de los Ancianos se enteraba… ni su padre la perdonaría. Pero el caso es que nuestra amiga cuadrilátera tenía tanta curiosidad que había hecho de la parte de debajo de la mesa su aliada por unas horas. Ahora sabía que la enfermedad era causada por cierto monstruo, o mago, o algo así que tenía su refugio muy lejos, muy lejos, aunque nadie sabía dónde. Los Ancianos habían pensado en enviar a los mejores de sus hombres para hacer desaparecer a tal bestia.

Traviesa también quería participar de la cacería, pero eso era imposible, porque además de ser todavía una niña, y por lo tanto del género femenino, estaba en el escalafón más bajo de la sociedad: los más importantes eran, como ya se ha dicho antes, los polígonos regulares, y entre ellos los que más lados tenían; luego estaban los irregulares convexos, y entre ellos los de menor número de lados se tenían que arrodillar ante los que tenían más lados; por último nos encontramos con los insignificantes irregulares cóncavos, y aquí también los de mayor número de lados eran superiores a los que tenían menos lados. Como no existían los triángulos irregulares cóncavos, porque como le habían enseñado cuando era chiquitita, la suma de los ángulos de un triángulo es siempre de 180º, y por lo tanto ninguno de sus ángulos puede medir más de 180º, ella se tenía que arrodillar ante todos pero nadie ante ella… ¡y encima era una chica! Bueno, nada era imposible si una se lo proponía… Ya se le ocurriría algo, no era la primera vez.

La mañana se había despertado de muy buen humor a juzgar por la radiante luz con que inundaba la ciudad. La plaza mayor estaba repleta de polígonos, pero no de cualquier tipo, si no regulares. Se habían congregado para partir en busca del mal que aquejaba al Reino. Entre tanta multitud era normal que un pentágono con todos sus lados iguales, pero con una ligera diferencia entre sus ángulos, pasara desapercibido. Sí, ahí estaba él, con su caballo y con unas simples alforjas por equipaje. Como alguien le descubriera… pagaría muy caro su arrogancia de presentarse siquiera allí. Pero nadie se fijó en él cuando cruzó la plaza y se dirigió hacia una de las salidas de la ciudad sin un rumbo fijo, pero eso sí, lejos, muy lejos: esa había sido la única orden de los Ancianos.

aso:

espero te ayude de mucho plisss dame coronita

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