Castellano, pregunta formulada por ayudenmenxfa82, hace 1 año

alguien que me pueda decir un cuento inventado de 25 lineas máximo? xfa es para mañana​

Respuestas a la pregunta

Contestado por ale2052516
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Respuesta:

titulo: La niña en el bosque

cierto dia paulina una niña de 10 años que se acababa de mudar salió a caminar por el bosque cuando se dio cuenta de que se había alejado quiso regresar, pero no lo logro, pasaron las horas y al anochecer se topo con una casa muy vieja, le pareció extraño pero no podía estar sola a esas horas de la noche en el bosque y sola por lo que decidió entrar, al ingresar paulina se topo con una niña que al parecer tenía sus misma edad, paulina le pidió ayuda y la niña aceptó diciendo que durmiera ahí esa noche y al despertar estaria en casa confundida paulina acepto y durmio, al dia siguiente como lo prometió aquella niña  paulina estaba en casa y no sabia como solamente decidió pensar que sus padres la habían encontrado.


patricio789987: quien me ayuda :C
patricio789987: en esto : que importancia le dan a la cotidianidad los vanguardistas colombianos
Contestado por naomiaguilar
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El secreto del rey Maón

Lo verdaderamente extraño de todo esto era que quien resultaba agraciado cumplía su tarea pero después jamás regresaba a su casa. Como si se lo hubiese tragado la tierra, nadie volvía a saber nada de él porque el rey Maón lo hacía desaparecer.

En cierta ocasión el desgraciado ganador del sorteo fue un joven leñador llamado Liam que, en contra de su voluntad, fue conducido hasta un lugar recóndito de palacio donde el rey le estaba esperando.

– Pasa, muchacho. Este año te toca a ti cortarme el cabello.

Liam vio cómo el rey se quitaba muy lentamente la capucha y al momento comprendió que había descubierto el famoso secreto del rey

Cuando terminó, el rey se puso de nuevo la capucha. Liam, temiéndose lo peor, se arrodilló ante él y llorando como un chiquillo le suplicó:

– Majestad, se lo ruego, deje que me vaya! Tengo una madre anciana a la que debo cuidar. Si yo no regreso ¿quién la va a atender? ¿Quién va a trabajar para llevar el dinero a casa?

– ¡Ya sabes que no puedo dejarte en libertad porque ahora conoces mi secreto!

– Señor, por favor ¡le juro que nunca se lo contaré a nadie! ¡Créame, soy un hombre de palabra!

Al rey le pareció un chico sincero y sintió lástima por él.

– ¡Está bien, está bien, deja de lloriquear! Esta vez voy a hacer una excepción y permitiré que te marches, pero más te vale que jamás le cuentes a nadie lo de mis orejas o no habrá lugar en el mundo donde puedas esconderte. Te aviso: iré a por ti y el castigo que recibirás será terrible ¿Entendido?

– ¡Gracias, gracias, gracias! Le prometo, majestad, que me llevaré el secreto a la tumba.

El joven campesino acababa de ser el primero en muchos años en salvar el pellejo tras haber visto las espantosas orejas del rey. Aliviado, regresó a su hogar dispuesto a retomar su tranquila vida de leñador.

Los primeros días se sintió plenamente feliz y afortunado porque el rey le había liberado, pero con el paso del tiempo empezó a encontrase mal porque le resultaba insoportable tener que guardar un secreto tan importante ¡La idea de no poder contárselo ni siquiera a su madre le torturaba!

Poco a poco el secreto fue convirtiéndose  en una obsesión que ocupaba sus pensamientos las veinticuatro horas del día. Esto afectó tanto a su mente y a su cuerpo que se fue debilitando, y   se marchitó como una planta a la que nadie riega. Una mañana no pudo más y se desmayó.

El hombre la acompañó a la casa y vio a Liam completamente inmóvil y empapado en sudor. Enseguida tuvo muy claro el diagnóstico:

– El problema de su hijo es que guarda un secreto muy importante que no puede contar y esa responsabilidad  está acabando con su vida. Solo si se lo cuenta a alguien podrá salvarse.

La pobre mujer  se quedó sin habla ¡Jamás habría imaginado que su querido hijo estuviera tan malito por culpa de un secreto!

– Créame señora, es la única solución y debe darse prisa.

Después de decir esto, el druida se acercó al tembloroso y pálido Liam y le habló despacito al oído para que pudiera comprender bien sus palabras.

El muchacho obedeció. A pesar de que se encontraba muy débil fue al bosque, encontró el sauce y acercándose al tronco le contó en voz baja su secreto. De repente, algo cambió: desapareció la fiebre, dejó de tiritar, y recuperó el color en sus mejillas y la fuerza de sus músculos ¡Había sanado!

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