Ciencias Sociales, pregunta formulada por valemadrid82, hace 1 mes

alguien q me ayude a sacar un resumen de esta lectura

Cómo se desarrollaba un juicio por brujería? Ante esta pregunta la idea más común es que se arrojaba indiscriminadamente a la persona acusada -normalmente una mujer- a la hoguera, todavía viva. Esta impresión se debe en gran medida al arte, que ha inmortalizado algunas de las ejecuciones más famosas como la de Juana de Arco; pero precisamente por ello se trata de la parte más espectacular -y cruel- de un procedimiento muy reglamentado.
La brutalidad de este fenómeno es innegable: según las fuentes históricas, alrededor de cincuenta mil personas fueron quemadas en la hoguera y muchas más fueron torturadas por acusaciones de brujería en los cerca de tres siglos y medio que duró la caza de brujas -y aunque la práctica se suele asociar a la Edad Media, lo cierto es que se desarrolló mayoritariamente durante la Edad Moderna, entre mediados del siglo XV y finales del XVIII. Y muchos de estos procesos estaban, con toda probabilidad, manipulados; pero contrariamente a lo que se muestra en la ficción, estaban regulados y en muchos casos terminaban con una penitencia menor, siendo la hoguera la pena capital pero no la más habitual.
SOSPECHAS Y ACUSACIONES
Ante todo hay que diferenciar entre procesos por herejía y por brujería. Los primeros constituían una ofensa religiosa y su juicio correspondía exclusivamente a los tribunales de la Inquisición que, si bien bajo el amparo común del Vaticano, operaban de forma independiente en los diversos países, aunque poseían mecanismos que podríamos llamar de extradición. En cambio, los procesos por brujería podían ser iniciados no solo por tribunales eclesiásticos sino también por los seculares; esto se debe a que la brujería no era solo una ofensa a la religión sino que constituía un delito penal, ya que estos supuestos poderes podían usarse para causar daño a otras personas. De hecho, según Pau Castell Granados -profesor de Historia Medieval de la Universidad de Barcelona- “la mayoría de los juicios por brujería eran iniciados por tribunales locales presididos por autoridades seculares, y muchas veces a petición de la propia población; una población que, en un contexto de muertes y epidemias, presionaba a las autoridades para que persiguieran, encontraran y castigaran a los culpables”.
partían de la propia comunidad, que a menudo acusaba a estas personas “sospechosas” sin más pruebas que el hecho de parecerlo. Y si bien parte de ello se debía a la urgencia de encontrar un culpable, es indudable que las antipatías personales estaban detrás de muchas acusaciones.

No hay que olvidar que la brujería era, en esencia, una herencia de las supersticiones de raíz pagana que sobrevivían, bien de forma negativa como las maldiciones o de forma positiva como los remedios preparados por curanderas. Desgracias como la muerte inexplicable de personas o de animales, las epidemias o la pérdida de cosechas, que hoy resultan comprensibles gracias al conocimiento científico, eran por aquel entonces atribuidas a la práctica de la brujería por parte de individuos que querían mal a la población. Prueba de lo arraigadas que estaban estas creencias es que el miedo a estas supuestas maldiciones perduró en zonas rurales de Europa hasta principios del siglo XX.​

Respuestas a la pregunta

Contestado por estudianteaapp1
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Respuesta:

Cómo se desarrollaba un juicio por brujería? Ante esta pregunta la idea más común es que se arrojaba indiscriminadamente a la persona acusada -normalmente una mujer- a la hoguera, todavía viva. Esta impresión se debe en gran medida al arte, que ha inmortalizado algunas de las ejecuciones más famosas como la de Juana de Arco.

Según las fuentes históricas, alrededor de cincuenta mil personas fueron quemadas en la hoguera y muchas más fueron torturadas por acusaciones de brujería en los cerca de tres siglos y medio que duró la caza de brujas -y aunque la práctica se suele asociar a la Edad Media, lo cierto es que se desarrolló mayoritariamente durante la Edad Moderna, entre mediados del siglo XV y finales del XVIII.

Los primeros constituían una ofensa religiosa y su juicio correspondía exclusivamente a los tribunales de la Inquisición que, si bien bajo el amparo común del Vaticano, operaban de forma independiente en los diversos países, aunque poseían mecanismos que podríamos llamar de extradición.

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