Castellano, pregunta formulada por jhanngonezynfantes, hace 11 meses

¿Alguien podría hacer un texto argumentativo sobre la violencia? PLS


jhanngonezynfantes: Que sea corto pls
lucy8166: Nos estamos acostumbrando a presenciar como una normalidad situaciones en la sociedad en donde se emplea la violencia como argumento para defender las posiciones que los violentos quieren proteger y mantener. Así, la palabra y la vía del debate han dejado paso a los gritos, los golpes, y la presión psicológica. Como si se quisiera vender cualquier tipo de oposición mediante el miedo de la parte con la que se tiene un conflicto. Y estas reacciones las estamos viendo con inusitada

Respuestas a la pregunta

Contestado por lunakenedy135
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SE PARTE DE LA SOLUCION, NO CONTRIBUYAS AL PROBLEMA¿Violencia? Violencia no es solo golpes, es todo acto que produce sufrimientofísico, sexual o psicológico. Se presenta cuando una persona impone su podersobre otra en forma agresiva, vulnerando sus derechos. Este fenómeno estáligado a la sociedad, pues hace parte de su cultura y afecta principalmente alos miembros más vulnerables: niños, ancianos y mujeres. La violencia encontra del género femenino se ha presentado desde el inicio de la civilización,incentiva por una supuesta superioridad del hombre. Aunque los derechos de lamujer son violentados en muchos campos de la sociedad, una de las formasmás comunes es la infligida por su pareja; este comportamiento es unproblema cultural, por lo tanto se puede transformar mediante la educación.El origen de este tipo de violencia es la desigualdad de género, establecidadesde la antigüedad con el sistema patriarcal. En la exposición escrita:

elsistema patriarcal, desencadenante de la violencia de género

de la presidentade la Federación Estatal de Mujeres Separadas y Divorciadas, Ana MaríaPérez del Campo Noriega, se describe como, desde la construcción del ordensocial, pasando de tribu a primera civilización se implementó este sistema queimpone el conjunto de funciones, normas, valores y principios ejercidos porhombres y mujeres. En el cual el varón es el encargado de los rolesproductivos, en este el ser humano se vincula socialmente aportando su fuerzade trabajo para recibir una remuneración, y social en el cual el individuo sevincula para incidir en espacios públicos incluyendo las decisiones jurídicasocupando así un lugar de privilegio exclusivista. Mientras que a la mujer se leasigna únicamente la función de cuidar a los miembros de la familia.

Contestado por jexsselperron2000
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Respuesta:

                                                     la violencia

Nos estamos acostumbrando a presenciar como una normalidad situaciones en la sociedad en donde se emplea la violencia como argumento para defender las posiciones que los violentos quieren proteger y mantener. Así, la palabra y la vía del debate han dejado paso a los gritos, los golpes, y la presión psicológica. Como si se quisiera vender cualquier tipo de oposición mediante el miedo de la parte con la que se tiene un conflicto. Y estas reacciones las estamos viendo con inusitada frecuencia, tanto en la familia, como en el trabajo, o en cualquier lugar que frecuentemos.

La violencia en general se ha extendido como la pólvora. Existe esa violencia en el hogar para conseguir vencer por la fuerza a quien no piense como el violento, y aunque se trate de personas de su entorno, porque lejos han quedado los tiempos en los que en la familia existía un círculo de protección en donde nadie podía ejercer la violencia contra uno de sus miembros. Pero ahora los casos de violencia en el hogar se han incrementado con porcentajes que dan miedo. También en la carretera se comprueba esa violencia mezclada con el consumo de alcohol y drogas. Se agrede a los sanitarios, a los profesores, en las comunidades de propietarios, etcétera.

Pero también comprobamos la violencia en cualquier área de la sociedad cuando se quiere vencer a la parte que opina de otra manera y en lugar de debatir, o buscar un abogado para resolver el problema se usa la violencia para zanjar el tema. Es el argumento de la violencia, que no solo puede ser física, sino que, también, se emplea la violencia psicológica cuando, por ejemplo, en el trabajo, o en las relaciones sociales se pretende por el agresor ejercer un ataque con presiones a otra persona.

Está claro que este no es el mensaje que tiene que trasladarse en la sociedad, pero el problema es que esta forma de actuar la estamos viendo en la televisión en muchos programas donde se ejerce violencia física y psicológica, y lo vemos en la calle, pero sin que nadie haga nada, porque lo vemos normal. Hemos llegado a un punto donde consideramos algo habitual el ejercicio de la violencia, e incluso se aplaude al violento psicológico, porque no se considera que ejerce violencia psicológica, sino que es «más convincente» en sus argumentos, cuando el único argumento es que levanta más la voz que los demás. Y lo peor de ello es que como se comprueba que el sistema funciona se convierte en un modelo de imitación que lleva a extender esa actitud a quienes quieren conseguir algo concreto. Y llegan a un punto en que nadie considera que se ejerce violencia cuando se levanta la voz, cuando se grita, cuando alguien se levanta y señala con el dedo a alguien para reprocharle cualquier conducta y vencerle. Además, estas conductas suponen una advertencia para transmitir respeto y miedo a los demás.

En las redes sociales también se ejerce esta violencia, ya que se insulta, se menosprecia a los demás, se jactan de desgracias ajenas a quienes no piensan como ellos. Pero se esconden detrás de pseudónimos que no impiden a la policía localizarles cuando han traspasado los límites y se formula una denuncia. Pero ni los prestadores de servicios de internet ni nadie hace nada. Se aplaude el insulto, el grito, el odio en todos los foros y lugares que existen en la sociedad.

Parece, pues, que es más urgente que nunca retroceder esta forma de actuar y empezar a poner límites al ejercicio de la violencia como algo normal, porque se acaba convirtiendo en habitual lo que debe ser objeto de reproche, y, como siempre ocurre, la permisividad de la sociedad hace que quien ejerce la violencia se sienta que la ejerce con autoridad y legitimidad para continuar haciéndolo, porque se llega a considerar que no es una conducta ilícita, sino permisible. Y ello provoca la imitación a que antes nos referíamos si se aprecia que ese sistema funciona.

Habrá que ir considerando cómo se puede revertir esta situación y cómo podemos recuperar la idea del argumento y la discusión serena y tranquila, sin levantar la voz, como la fórmula que siempre ha funcionado en las sociedades civilizadas. Claro está que, a lo mejor, es que la nuestra no lo es. Quizás es eso.

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