alguien me puede hacer una síntesis de esto
Como red de organizaciones indígenas enfocadas en la Coalición Coordinadora
Indígena Abya Yala, conformada por hombres, mujeres y juventud indígena,
no podemos dejar pasar inadvertida esta fecha histórica de lucha y resistencia
de los pueblos indígenas.
Este día, 12 de octubre, manifestamos que esta fecha marca el inicio de
nuestra historia de dolor y muerte, causada por la invasión, despojándonos
de nuestras tierras y territorios. Es por eso que emprendimos un proceso
de resistencia para mantener nuestra dignidad e identidad cultural como
pueblos indígenas.
En pleno siglo XXI, seguimos frente a un estado colonial que invisibiliza y
margina a los pueblos indígenas, continuando con la folclorización de
las comunidades, demostrando la negación a reconocer y cumplir con los
derechos específicos de los pueblos indígenas, como el derecho al acceso a la
tierra, a la salud y a la educación intercultural, entre otros derechos.
Los pueblos indígenas no podemos ni debemos permitir que las pocas tierras
que nos quedan, de tanto acaparamiento y saqueo, nos las sigan quitando
más. Porque no solo se trata de la muerte de nuestros sembrados, de la
destrucción de nuestros bosques, de la contaminación de nuestros ríos, sino
que se trata de algo mucho más grave: de nuestra muerte física y espiritual
como pueblos, de la muerte de nuestras religiones, de nuestras culturas, de
nuestro derecho fundamental de ser como queremos sobre esta tierra.
El futuro de nuestros pueblos indígenas, su utopía, su proyecto de vida se
enmarca desde la maternidad de la tierra, desde el cuidado colectivo de la
tierra, desde la sacralidad de la tierra.
Por eso, cuando se les niega el derecho a tener la comarca, tierra, territorio,
no se les niega solamente la fuente de sus alimentos, sino la misma fuente de
su ser, de su identidad, de su historia, de su religión, del derecho inalienable
de los pueblos indígenas. Por eso, hoy 12 de octubre, nuestro grito debe ser
más fuerte, porque nadie quiere morir en vida.
Es por ello que seguimos resistiendo con dignidad hasta en estos días. La negación de nuestros derechos específicosinvisibiliza y niega la participación plena y efectiva de los pueblos indígenas en la toma de decisiones en los programas
de desarrollo en nuestros países, niega generar espacios que permitan desarrollar e implementar nuestra propia
agenda de vida.
En muchos países del Abya Yala los Estados han elaborado una herramienta de consulta que dice que todas las
actividades turísticas y megaproyectos en territorios de los pueblos indígenas deben ser consultados previamente,
pero todo es una falacia.
La Coalición Coordinadora Indígena Abya Yala seguirá luchando por ser sujeto de derecho y no objeto de derecho.
Seguirá exigiendo a los Estados que cumplan acuerdos internacionales como:
Cumplimiento de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas; Declaración
Americana sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas y otros instrumentos internacionales donde muchos países
son signatarios.
A pesar de todos estos logros persisten aún todavía grandes brechas entre la ley y a la práctica. Por tal razón, la
declaración no solo podemos verla como una simple declaración de los pueblos indígenas, debemos considerarla
como un instrumento importante de acción para las políticas de derechos humanos que deben emprender los
gobiernos, la sociedad civil y los pueblos indígenas. Si realmente queremos que estos derechos se garanticen, se
respeten, debemos trabajar fuertemente en nuestros países, para que estas declaraciones, protocolos, convenios,
acuerdos sean aplicados.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Como red de empresas nativos enfocadas en la Coalición Coordinadora
Indígena Abya Yala, constituida por hombres, féminas y adolescencia indígena,
no tenemos la posibilidad de dejar pasar desapercibida esta fecha histórica de batalla y resistencia
Este día, 12 de octubre, manifestamos que esta fecha marca el principio de
nuestra historia de dolor y muerte, causada por la invasión, despojándonos
pueblos nativos.
En pleno siglo XXI, seguimos ante un estado colonial que invisibiliza y
las sociedades, mostrando la negación a reconocer y consumar con los
derechos específicos de los pueblos nativos, como el derecho al ingreso a la
tierra, a la salud y a la enseñanza intercultural, entre otros derechos.
Los pueblos nativos no tenemos la posibilidad de ni debemos permitir que las escasas tierras
más. Pues no solo hablamos de el deceso de nuestros propios sembrados, de la
devastación de nuestros propios bosques, de la contaminación de nuestros propios ríos, sino
que hablamos de algo muchísimo más grave: de nuestra muerte física y espiritual
como pueblos, de el deceso de nuestras propias creencias, de nuestras propias civilizaciones, de
nuestro derecho importante de ser como deseamos sobre esta tierra.
El futuro de nuestros propios pueblos nativos, su utopía, su plan de vida se
enmarca a partir de la maternidad de la tierra, a partir del cuidado colectivo de la
tierra, a partir de la sacralidad de la tierra.
Por esa razón, una vez que se les rehúsa el derecho a tener la comarca, tierra, territorio,
no se les rehúsa únicamente la fuente de sus alimentos, sino la misma fuente de
su ser, de su identidad, de su historia, de su religión, del derecho inalienable
más profundo, ya que nadie desea fallecer en vida.
La negación de nuestros propios derechos específicosinvisibiliza y rehúsa la colaboración plena y positiva de los pueblos nativos en la toma de elecciones en los programas
de desarrollo en nuestros propios territorios, rehúsa crear espacios que permitan desarrollar e llevar a cabo nuestra propia
agenda de vida.
En muchas naciones del Abya Yala los Estados han realizado un instrumento de consulta que plantea que cada una de las
ocupaciones turísticas y megaproyectos en países de los pueblos nativos tienen que ser consultados antes,
pero todo es una falacia.
Cumplimiento de el testimonio de la ONU sobre los Derechos de los Pueblos Nativos; Testimonio
Americana sobre los Derechos de los Pueblos Nativos y otros aparatos mundiales donde muchas naciones
son signatarios.
Testimonio no solo tenemos la posibilidad de verla como una sencilla testimonio de los pueblos nativos, debemos considerarla
como una herramienta fundamental de acción para las políticas de derechos humanos que tienen que emprender los
gobiernos, la sociedad civil y los pueblos nativos.
respeten, debemos laborar poderosamente en nuestros propios territorios, para que estas declaraciones, protocolos, acuerdos,