alguien me puede ayudar escribiendo una cronica corta sobre los videojuegos
porfavor es para hoy gracias
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Cuando mis padres eran niños, alrededor de la década de los setenta, les bastaba una muñeca, un balón o un libro con ilustraciones para pasar gratos y divertidos momentos junto a sus amigos. Las niñas fingían que eran princesas en un palacio y jugaban con sus barbies o peluches a que se reunían para una elegante tarde de té, mientras que los niños querían ser grandes futbolistas o salvar al mundo con los super héroes de DC Cómics: bastaba un trozo de tela negra o una sábana azul para convertirse en Batman o en Superman; los patios de recreo se transformaban en ciudad Gótica o en un campo de fútbol, y la imaginación era suficiente para que no faltaran las risas o los momentos inolvidables.
Sin embargo, esta realidad parece haber cambiado considerablemente. Nuestros niños y jóvenes han dejado atrás los objetos sencillos, que antes servían como elementos de ocio. La generación millennials y centennials ha llegado para quedarse, cambiando por completo el mundo que conocíamos. Las comunicaciones, la medicina e incluso el entretenimiento giran en torno a los dispositivos electrónicos y el internet, que hacen parte de la vida diaria. Si antes necesitábamos de nuestros padres para inflar una pelota de fútbol o coser un peluche, ahora son ellos quienes precisan de nosotros para orientarse en este enrevesado mundo tecnológico que cada vez tiene mayores estímulos para ofrecer.
Uno de esos elementos que está ganando terreno, en medio de la popularidad de los celulares inteligentes y los ordenadores avanzados, son los videojuegos. Cada año, las grandes marcas ponen en el mercado consolas más precisas, que superan todos los conceptos de las películas de ciencia ficción.
Estos dispositivos tienen sus ventajas, desde luego; pero, también es cierto que nuestros hijos están abrumados por estas realidades alternas, que los alejan del mundo en el que crecimos, el mundo real.
Cuando los niños no son capaces de jugar con nada más o cuando prefieren estar encerrados en casa, frente a una pantalla, en lugar de salir con sus amigos, practicar algún deporte o tomar el sol, la perspectiva cambia y, lo que parece algo positivo y ultramoderno, se convierte en un verdadero problema para la crianza. Ya no es un juego, sino una adicción.
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