Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Una vez que estamos ya enzarzados, el corazón nos da un vuelco y nos preguntamos cómo diablos , si, ejemplificando, nos hacemos un día a la océano en una balsa de madera, en compañía de un loro y 5 hombres más, es ineludible que tarde o temprano, al despertarnos una mañana en alta océano, tal vez algo mejor descansados que de «17 de mayo: día de la Libertad de Noruega. Océano gruesa. Viento Hoy me toca hacer de cocinero y he encontrado 7 peces voladores en cubierta, un diminuto calamar en el techo de la caseta y un pez desconocido junto al saco de descansar de Torstein...»
Un pensamiento vino furtivamente a interponerse entre mis ojos y la página del diario: «¡Vaya un extraño 17 de mayo! es que, de cualquier lado que se mire, llevamos una vida algo rara.
Si retornaba los ojos a la izquierda, el extenso océano azul se extendía sin
la derecha, podía ver, tendido en la penumbra de la caseta que nos servía de hogar común, a un sujeto barbudo, enfrascado, en la lectura de Goethe, con los dedos de sus pies desnudos cuidadosamente metidos en el enrejado de bambú del bajísimo techo de la destartalada cabaña.