Al tener en Colombia un gobierno de derecha y un aumento de la población de migrantes venezolanos, ¿estamos creando las condiciones para un nacionalismo extremo?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Es incuestionable el crecimiento de los movimientos migratorios en el decenio de 1990, el cual se caracterizó por una migración mucho más variada, con nuevos tipos de migrantes, que van desde los altamente cualificados a los solicitantes de asilo, pasando por migrantes irregulares, temporales y en tránsito. Se ha argumentado que muchas de estas categorías son difíciles de identificar, tal parece que se confunden entre sí, lo que hace más difícil distinguir los distintos tipos de migrantes. Además del establecimiento permanente de una gran población de inmigrantes y minorías, como son las segundas y terceras generaciones en Europa occidental (provenientes de Asia, África, América Latina y el Caribe, los Estados árabes, Europa meridional y más recientemente de Europa central y oriental, y que aproximadamente la mitad son mujeres), se siguen produciendo nuevas llegadas y flujos en una diversidad de categorías: familias irregulares, trabajadores temporales, solicitantes de asilo y aquellos que fueron admitidos como "nacionales" o "repatriados" (Timur, 2000: 7).
Regiones emisoras: el papel de la emigración
Según Castles (1997), en los países de emigración se están dando fuertes procesos de cambio en el sistema familiar y en las comunidades; la emigración se convierte en un factor que diluye las estructuras socioeconómicas tradicionales. En este sentido hay un conjunto de países que han experimentado este fenómeno, aunque con distintas magnitudes. El autor ejemplifica tal situación con lo que ocurrió en Italia hace medio siglo y con lo que ocurre actualmente en Filipinas, a este proceso lo denomina como culturas de emigración.6 Por otra parte, está el hecho de que muchos países exportadores de mano de obra alientan la emigración con la finalidad de crear trabajo para la mano de obra subempleada o desempleada que sirve de válvula de escape a las presiones internas. Pero lo más importante es atraer remesas; éstas les proporcionan las divisas necesarias para hacer frente a sus pagos con el exterior. Este es el caso de algunos gobiernos asiáticos, basta mencionar al de Filipinas o la India; sin embargo, las restricciones impuestas a los acuerdos entre países en asuntos migratorios son cada vez más fuertes y han dado lugar al incremento de los emigrantes irregulares y a otro tipo de problemas, como la explotación en el empleo y abusos, y el tráfico de mujeres y niños para su prostitución.
En muchos países, las remesas son el objetivo fundamental puesto que contribuyen de manera notable en las cuentas nacionales y pueden ser utilizadas para financiar inversiones para el desarrollo. De esta manera, las remesas de los migrantes pasaron de 2 000 millones de dólares en 1970, a 70 000 millones, en 1995 (Castles, 2000). A pesar de que muchos gobiernos han inducido la migración con este fin, existen graves problemas para la captación de remesas, las cuales suelen ingresar a los países receptores a través de canales informales, por lo que se destinan principalmente a satisfacer necesidades de consumo de las familias favorecidas.
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