actividades culturales de el anntiguo teotihuacan
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Respuesta:
Ubicación geográfica de la cultura teotihuacana
La civilización teotihuacana ocupó la zona noreste del actual valle mexicano, específicamente entre los municipios de Teotihuacán y San Martín de las Pirámides, a 78 kilómetros de la Ciudad de México. Esta zona fue declarada patrimonio mundial de la humanidad por UNESCO en 1987.
Cultura teotihuacana
El comercio permitió a la cultura teotihuacana obtener minerales como el jade.
La economía teotihuacana era fundamentalmente agrícola, con mucho intercambio comercial con las culturas vecinas durante su apogeo. El frijol, el maíz, el amaranto, los pimientos, tomates y cereales eran cultivados en terrazas mediante regadío, aunque este método se muestra insuficiente para sostener una metrópoli tan grande como prometió ser Teotihuacán en sus momentos cumbres.
Esto sugiere la necesidad de la recolección, la caza y la crianza de animales, así como la extracción de minerales como la obsidiana, arcilla, basalto y estaño, que eran usados en labores artesanales, arquitectónicas o de intercambio comercial con otros pueblos.
El comercio, sobre todo, debe haber ocupado un área importante de las actividades teotihuacanas, lo que les habría conferido una importancia regional y les haría receptores de otros elementos presentes en las ruinas, como el jade, la turquesa, el cinabrio, la hematita.
Estructura social de la cultura teotihuacana
La sociedad de esta cultura era elitista: se jerarquizaba a través de clases bien diferenciadas, con la nobleza militar en la cima, seguidos de una casta de funcionarios y sacerdotes de origen también aristocrático, encargadas de la administración urbana y poblacional. En último lugar estaba el estrato de los agricultores, artesanos y comerciantes.
Organización política de la cultura teotihuacana
La cultura teotihuacana se regía teocráticamente, es decir, a través del gobierno de sus líderes religiosos. Esto implica una élite gobernante militar y religiosa, cuyo cacicazgo se ejercía a través del conocimiento científico-religioso de la cultura y de ritos frecuentes que mantenían cohesionado el orden social.
Esto indica la necesidad de la recolección, la caza y la crianza de animales, así como la sustracción de minerales como la obsidiana, arcilla, basalto y estaño, que eran utilizados en tareas artesanales, arquitectónicas o de trueque comercial con otros pueblos.