actividad artesanal mas destacada durante la BAJA EDAD MEDIA
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Bienes que se comerciaban durante la Edad Media
Queda claro que por las redes comerciales sólo podían circular objetos fácilmente transportables y de alto valor. Pocos productos agrarios cumplían estos requisitos. Probablemente, vino o cerveza; quizás alguna fruta o producto en conserva considerado de lujo.
Se sabe con seguridad que ciertos productos del lejano oriente, dirigidos al mercado de ultra-lujo (especias y sedas provenentes de la ruta de la seda), circularon por las rutas comerciales europeas alcanzando precios astronómicos. No obstante, la demanda creciente de productos de lujo estimuló la producción regional de artesanía, dirigida más al comercio con otras regiones que al consumo de las élites locales.
Por ello, lo que vamos a estudiar ahora es el modo de producción artesal durante la Edad Media. Queremos saber cómo se elaboraban esos productos que circulaban de feria en feria pero que no provenían del lejano oriente.
Modo de producción artesanal
Entendemos por artesanos a aquellas personas que, haciendo uso de habilidades y herramientas más o menos especializadas, transforman materias primas en productos acabados. Este proceso productivo tiene lugar en un “taller”, que puede ser una instalación específica o la propia casa del artesano.
El artesano es propietario del taller y de las herramientas. Normalmente adquiere las materias primas para realizar su labor y participa en todas las fases del proceso productivo: diseño, elaboración y venta.
Artesanos de baja especialización
Durante la Edad Media, como podemos imaginar, habían muchos tipos de artesanos. Así, en las aldeas más recónditas, donde habitaban los siervos de la gleba, habían artesanos de muy baja especialización, de condición servil probablemente, que compartían sus labores con los quehaceres del campo. Evidentemente ejercían en sus casas y su producción estaba dirigida al autoconsumo o al trueque en el seno del típico feudo autárquico medieval.
Si el artesano ejercía en una villa de más importancia, probablemente fuera un hombre libre y poseyera una especialización más elevada. Su producción continuaba orientada hacia el campo circundante. Lógicamente, un mercado mayor implica un taller de cierto tamaño y la posibilidad de tomar aprendices.
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