acciones que favorecen al la vida humana
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
¡Que suerte ser socialista!
¡Qué pena no ser socialista! Qué a gusto iría montado en tu cabalgadura ideológica, o gran Zapatero, para que me llevaras, sin desviarme un ápice, por el libro de ruta de mis más profundos intereses. Así recorrería el camino que ineludiblemente me conduciría al puerto de la ideología social a la que aspiro, que no es otra que una sociedad sin Dios, conseguida de la mano del laicismo mas rampante. Haciendo caso omiso a concentraciones, declaraciones, comunicados, recogidas de firmas o cualquier otra manifestación de los que no comparten tu portentoso programa político, nos llevas como auriga infalible hacía el puerto de la felicidad social. Qué inútiles los tres millones de firmas a favor de la familia, que no han sido sino un liviano airecillo para refrescarte en tu inmenso esfuerzo laicista. Qué estéril la gran protesta social en contra de ese bodrio antinatural que es el matrimonio homosexual. Otro paso más para socavar la institución familiar. Qué magnífica la apertura que has propiciado para la adopción de niños por estas peculiares parejas. No me cabe duda que eso es lo que desearíais para (tus) hijos Sonsoles y tú, porque es bueno. Qué alegría al haber alcanzado, debidamente adobado por tu entramado mediático, la legalización de los medios necesarios para poder destruir, sin rubor, miles de embriones humanos, en aras de una pretendida investigación científica, que, sin duda, podría discurrir por senderos de mayor respeto a la vida humana, a la vez que por caminos con mayores posibilidades de lograr beneficios clínicos. Qué maravillosa posibilidad brindas a muchas parejas, para que, utilizando las técnicas de diagnóstico preimplantacional, puedan ayudar a sanar a alguno de sus hijos, aunque sea a costa, y ésto no sé si les comunica, de eliminar a otros. Qué contentos estamos deambulando por los caminos helados de los congeladores de embriones, sembrados de violetas que no saben sino llorar por esos miles de no nacidos tratados como cosas. Qué satisfacción por habernos montado, o haberlo intentado, a todos los españoles en un tren que nos va a conducir al páramo desierto de una escuela sin crucifijos, sin religión y sin Dios. Qué felices vamos a vivir apesebrados en los sustitutos ideológicos que nos brindas para vivir de espaldas a la trascendencia. Prácticamente solo falta para dar digno remate a tu libro de ruta, para completar ese viaje hacia la nada, que tu tren llegue feliz a la estación de la eutanasia, lo que me parece, que, por desgracia para tantos ancianos y pacientes terminales o no, estoy ya vislumbrando en lontananza.
¡Qué suerte ser socialista!, porque los que sustentaban, yo diría que sin gran entusiasmo, una ideología inmersa en un humanismo cristiano, han pasado como de puntillas durante ocho largos años por la responsabilidad de forjar una vida social más acorde con sus ideales, pues en ese tiempo, por desgracia, no han hecho otra cosa que preparar el camino, crear el medio de cultivo adecuado, para que ahora tengamos que contemplar los que les votamos, yo entre ellos, con insufrible pasividad, como el tren zapateril recorre su libro de ruta para llevamos hacía el más triste laicismo.
De todas formas tengo una esperanza, una gran esperanza, porque somos más fuertes. Como más fuertes fueron los que vieron sus vidas acorraladas por un muro de vergüenza que les privó de sus más elementales libertades y que al final, con su paciencia y con su perseverancia lograron destruir. Estoy seguro que lo conseguiremos y por ello vivo esperanzado y quiero transmitir mi esperanza a todos los que deseamos leer en un libro de ruta, que nos conduzca por caminos de trascendencia.
Por ello, ¡qué suerte no ser socialista! Qué suerte viajar en un tren que recoge la ruta de la defensa de la familia, de la vida, de la educación en libertad, del derecho a vivir de todos los seres humanos, aunque sean tan pequeños como los embriones o con la limitada calidad de vida de los discapacitados, los enfermos o lo ancianos. ¡Qué suerte poder apoyar nuestras vidas en Dios!
Explicación:
Respuesta:
Honestidad. Ser honestos lleva dentro la semilla de la bondad, del respeto, del ser dentro de un grupo mucho más grande que uno mismo. ...
Sensibilidad. ...
Gratitud. ...
Humildad. ...
Responsabilidad.
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