Historia, pregunta formulada por gg588399, hace 1 mes

Acciones políticas, sociales y económicas de Sebastián Lerdo de Tejada

Respuestas a la pregunta

Contestado por cristianarturoantoni
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Respuesta:

quiero corona

Explicación:

Sebastián Lerdo de Tejada, "que fue la inteligencia detrás del empecinado valor de Juárez, durante la época de la intervención francesa, que se destacó como uno de los prominentes abogados del liberalismo y que fue un orgulloso nacionalista", quien ocupó los más diversos cargos públicos hasta llegar a la primera magistratura, "es, de muy extraña manera, uno de los patriotas y estadistas olvidados de México" (p. 21). Con estas sugerentes palabras inicia el historiador estadounidense Frank A. Knapp Jr., la biografía política de un personaje fundamental en la historia de la reforma mexicana. Frank Knapp se doctoró en la Universidad de Texas en Austin, en 1950, con una tesis titulada A Life of Sebastián Lerdo de Tejada: A Study of Influence and Obscurity; muy celebrada, al año siguiente y con el mismo título, la propia Universidad de Austin la publicó. Once años después, en 1962, la Universidad Veracruzana la tradujo al español y desde entonces no había sido reeditada. Hace tres años y casi medio siglo después, está de nuevo disponible bajo el mismo sello universitario en coedición con el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México y la Secretaría de Educación Pública. El Instituto y la Secretaría, felizmente, en el mismo año de 2011, reeditaron también las Memorias de Sebastián Lerdo de Tejada, de Adolfo Rogaciano Carrillo, aparecidas sin firma, por primera vez, en 1890, y cuya autoría fue durante largo tiempo motivo de controversias; la nueva publicación incluye un amplio estudio introductorio de Alonso Lujambio. En conjunto, estas dos reediciones son dignas de celebración por los estudiosos del siglo XIX mexicano.

La riqueza y diversidad de fuentes resaltan a través del libro de Knapp: numerosos archivos (en Austin se encuentran varios imprescindibles para este periodo), periódicos mexicanos y estadounidenses, y un buen número de autores contemporáneos. En su intento por acercar al lector a una figura que en 1951 -y en buena medida todavía ahora- permanecía en especie de limbo historiográfico, se advierte en Knapp una voluntad reivindicadora tan excesiva que termina afectando su objetividad, pero no su vigencia. En efecto, la posteridad de Lerdo de Tejada resultó desproporcionadamente afectada por el hecho de que su periodo presidencial se encontrara entre dos de las más extraordinarias figuras de toda la historia mexicana: Juárez y Díaz. Apenas si es necesario recordar la abismal diferencia en libros, artículos y trabajos de toda índole publicados sobre ambos, en relación a la muy escasa bibliografía que se ha ocupado de don Sebastián (otro tanto ocurre con el cine y la televisión). No en balde, al ocuparse en su momento de la edición estadounidense, Daniel Cosío Villegas tituló su reseña "Sebastián emparedado".1

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