Acciones o actitudes que refleje tu cambio de estilo de vida.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
1. Ensancha tu carácter y personalidad
Todos actuamos bajo un cierto sesgo cognitivo que viene determinado por nuestro carácter y personalidad. Conocerse a uno mismo, identificando cuál es nuestra mentalidad dominante y qué tipo de destrezas tenemos o podemos desarrollar con mayor facilidad, nos ayudará a avanzar en nuestros objetivos e identificar oportunidades de mejora. Sin embargo, el autor también nos propone “ensanchar” nuestro carácter y personalidad practicando la polaridad, es decir, desarrollar la capacidad de conectar con las sensibilidades más alejadas de las nuestras para crear una “sana tensión” que genere aprendizaje, avance, diversidad, contraste y energía. Eso nos hace ganar en versatilidad, ensancha nuestros horizontes y, con el tiempo, nos permite ir adquiriendo las destrezas propias de otras mentalidades distintas a la nuestra.
2. Activa los mecanismos de gratificación
Las personas actuamos básicamente movidas por seis tipos de energías emocionales. Las cuatro primeras constituyen nuestros “deseos básicos”: seguridad-control, diversión-novedad, singularidad-relevancia y conexión-empatía. Las dos restantes representan nuestros “deseos avanzados”: superación personal e impacto en los demás. Todos son lícitos y nos aportan energía para actuar. El problema es que los deseos básicos activan el sistema de gratificación a corto plazo, mientras que los deseos avanzados, más nobles pero menos urgentes, activan el de largo plazo. El reto está en conseguir alinearlos para que vayan en la misma dirección, lo que no es frecuente.
3. Haz prevalecer la gratificación a largo plazo
Los deseos avanzados –superación personal e impacto de nuestra vida sobre los demás– requieren cultivar la conciencia del largo plazo, la del bien común, y voluntad para vencer las gratificaciones de corto plazo. Pero a la larga compensa. Ocurre un poco como con la dieta. Los deseos básicos actúan como la comida rápida: nos dan una satisfacción inmediata, pero “expulsan” opciones de alimentación mejores y más rentables a largo plazo.
4. Utiliza mecanismos de defensa maduros ante la adversidad
Los mecanismos de defensa maduros o de progreso nos ayudan a integrar la adversidad en la vida y a utilizarla para crecer con el sufrimiento. Algunos ejemplos: utilizar el conflicto para conocerse mejor, razonar sobre el contenido de la adversidad y utilizarla para mejorar nuestra capacidad de anticipación, saber desconectar, desdramatizar, recurrir al sentido del humor… Los mecanismos de defensa inmaduros o de deterioro, por el contrario, generan hábitos que deterioran nuestra capacidad para afrontar los desafíos de manera funcional: echar la culpa a otros, inventar razones para justificarse, negarse a ver las cosas tal y como son, huir hacia delante, caer en la pasividad…
5. Mejora tus actitudes a través de la eficacia
El sentimiento cotidiano de eficacia se manifiesta cuando la mayoría de los días nos podemos ir a dormir con la sensación de que las cosas han salido razonablemente bien, de que se han hecho los deberes con eficacia. Ese sentimiento es poderoso, ya que es la vía más directa para reforzar nuestra autoestima y nos ayuda a mejorar nuestras actitudes. Y se consigue desarrollando el sentimiento de trabajar para uno mismo, evitando las dependencias emocionales y transformando el “síndrome soviético” en “mentalidad de propietario” cuando se trabaja para otros.