a traves de que constituyente identificamos que la insulina es una proteína
Respuestas a la pregunta
Al hablar de insulina se asocia inmediatamente con las inyecciones que usan los pacientes con diabetes.
Sin embargo, no se trata de una sustancia ajena al cuerpo, sino de una hormona que el propio organismo produce para realizar procesos indispensables para su óptimo funcionamiento.
“La insulina es una hormona secretada por las células del páncreas, conocidas como células beta”, indica el endocrinólogo José Gerardo Ayala Villarreal.
Para explicar su mecanismo de acción, el especialista compara a la insulina con una llave que abre las células del cuerpo para que la glucosa pueda entrar.
“La insulina sirve para que el azúcar que obtenemos de los alimentos ingrese a las células y nos proporcione la energía necesaria para las funciones diarias”, añade por su parte el endocrinólogo pediatra Óscar Flores Caloca.
Sin embargo, cuando el organismo no produce suficiente insulina o no es capaz de utilizarla adecuadamente, el azúcar (glucosa) se acumula en el torrente sanguíneo porque no puede penetrar en las células. Entonces aparece la diabetes, la cual se divide en dos tipos.
“La diabetes tipo 1 se diagnostica con mayor frecuencia en niños, adolescentes y adultos jóvenes”, señala Ayala Villarreal, catedrático de la Facultad de Medicina de la UANL. “Estos pacientes no son capaces de producir insulina o la producen en cantidades insuficientes, porque probablemente sufrieron algún trastorno que hace que el cuerpo destruya por error las células productoras del páncreas”.
En el caso de la diabetes tipo 2, que es la más común, existe una resistencia a la insulina: es decir, el organismo la produce, pero no puede utilizarla adecuadamente.
“Por lo general, la mayoría de los pacientes tienen sobrepeso; esto aumenta las probabilidades de desarrollar resistencia a la insulina y con el tiempo, este tipo de diabetes”, manifiesta Ayala Villarreal.
La diabetes es una enfermedad crónica que no tiene cura, pero que es posible controlar a través de tratamiento médico. Y la insulina forma parte de dicho control para evitar que el azúcar en la sangre se acumule en niveles anormales y provoque hiperglucemia.
La forma de administración es por vía subcutánea, ya que así se absorbe de manera gradual.
“Se han hecho intentos para evitar las inyecciones, pero como la insulina es una proteína, no se puede dar por vía oral porque se destruye con los ácidos del estómago”, manifiesta el endocrinólogo José Gerardo Ayala Villarreal. “Hace tiempo se creó la insulina inhalada, pero además de ser demasiado costosa, no ofrece buenos resultados”.
Sin embargo, la industria farmacéutica constantemente mejora las técnicas de administración de insulina, ahora existen agujas ultradelgadas y plumas aplicadoras que facilitan el proceso.
La insulina se obtiene en laboratorios a través de ingeniería genética. Existen diferentes tipos según su tiempo de acción, es decir, el lapso que tardan en reducir los niveles de glucosa en sangre.
“Están las insulinas ultrarápidas que duran de tres a cuatro horas, las rápidas que duran de cuatro a seis horas, las intermedias de 12 a 16 horas y los análogos de insulina lenta que duran hasta 24 horas”, señala por su parte el endocrinólogo pediatra Óscar Flores Caloca, quien explica que el tratamiento simula la función del páncreas.
“Las insulinas que duran de 12 a 24 horas se combinan para que el paciente siempre tenga insulina en el cuerpo. Y antes de cada comida se aplican las ultrarápidas para que el azúcar no suba en esos momentos.”
El médico determinará la rutina de aplicación de insulina dependiendo del tipo de diabetes y los niveles de glucosa en la sangre de cada persona.
“La insulina no es perjudicial, es benéfica y necesaria para el buen funcionamiento del organismo”