a quienes se les consideraba como autores de residencia violeta
doy coronita
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Cherry Venus, joven cantante y miembro de la “Comunidad Organizada” del Bandejón Chorrillos (Sector en el que se ha focalizado esta Residencia), nos invitó a participar de una capacitación (organizada por SERNAMEG) acerca de la Violencia contra la mujer. La instancia me parece positiva, en parte porque me ayuda a mantener el vínculo con los miembros de la comunidad (quienes han estado participando en distintas actividades y jornadas que se han estado realizando en la comuna), y también como un aprendizaje personal acerca de un asunto tan delicado y grave como es la violencia de género.
El ejercicio fue complejo, pero también muy necesario. Si bien, antes de mencionar a cada una de estas mujeres ya tenía claro que ninguna se escapaba de algún suceso de violencia, cuesta asumir la realidad y darte cuenta de que padres, abuelos y parejas han sido los responsables de aquello.
La siguiente intervención es más amena. Se trata de identificarse con importantes mujeres en la historia. Destaco a Amanda Labarca, Eloisa Díaz, Ester Soré y Bélgica Castro. Pero menciono de manera especial a las dos mujeres (de las que podíamos elegir en la actividad) que más admiro y que son las que dan título a esta entrada. Gabriela Mistral y Violeta Parra. La primera por ser poetisa, educadora, consciente, perseguida (a causa de su homosexualidad, tema que siempre fue tabú a la hora de referirse a nuestra Premio Nobel) y porque uno de sus libros fundamentales (Desolación) fue escrito en medio de un paisaje tan lejano como conmovedor allá en los confines del mundo donde “El viento hace a mi casa su ronda de sollozos/y de alarido, y quiebra como un cristal, mi grito./Y en la llanura blanca, de horizonte infinito,/miro morir intensos ocasos dolorosos”, y la segunda porque, ante todo, eligió ser mujer y Violeta, y porque “le cantaba al amor y a la diferencia”. Y aquello, en nuestra sociedad, siempre ha pesado.