a quien se le atribuye la paternidad del genero literario de la fabula , ..
Respuestas a la pregunta
El gran fabulista griego Esopo es considerado con justicia “el padre de la fábula”. Se le atribuye la creación de este género, el cual tiene una intención didáctica y moralizante.
Esopo habría nacido en el siglo VII o Vi a. de C. y se cree que murió a los 36 años aproximadamente. Se le adjudican diferentes lugares de nacimiento: Frigia, Tracia, Samos e, incluso, Egipto.
El historiador Herodoto, sostenía que Esopo era esclavo de un ciudadano de Samos, llamado Janto (o Xanto), que lo liberó. Por este mismo historiador, sabemos que las fábulas de Esopo eran muy populares en la Grecia clásica y eran utilizadas como primer material de lectura entre los niños.
Las fábulas de Esopo son relatos breves y sencillos, en los cuales, los personajes son animales con características, sentimientos y acciones propios de los humanos.
La intencionalidad didáctica y moralizante de las mismas se manifiesta al final de la narración, en una moraleja en forma de frase sentenciosa, que transmite una enseñanza moral de carácter práctico.
Algunas de las fábulas más conocidas de Esopo son:
El escorpión y la rana
Androcles y el león
El león y el ratón
El pastor mentiroso
La cigarra y la hormiga
La gallina de los huevos de oro
La liebre y la tortuga
La raposa y las uvas
Y... para que disfrutes de este género, te invito a leer la Fábula de Esopo El Escorpión y la Rana (en una de sus varias versiones):
Cierta vez, un Escorpión estaba desconsolado a la orilla de un río, porque quería atravesarlo y veía que le resultaba imposible.
Una Rana que pasaba por el lugar, lo vio triste y, acercándose para saber que lo preocupaba, le preguntó sobre su dilema.
El Escorpión le contó a la Rana que quería llegar a la orilla opuesta, pero que no encontraba la forma de hacerlo. Al oír esto, la Rana decidió ayudarlo, con la condición de que no le hiciera daño. El Escorpión aceptó agradecido.
Así, ambos fueron cruzando el río, pero a mitad del trayecto, la Rana sintió el aguijón del Escorpión en su espalda y el efecto del veneno que lo adormecía. Antes de desfallecer, la Rana giró su cabeza y le reclamó al traidor:
-"¿Cómo es posible? ¡Prometiste que no me harías daño! Por tu culpa, ahora moriremos ahogados los dos.”
Sin inmutarse, el Escorpión respondió:
-"Lo siento mucho, no puedo evitarlo. Está en mi naturaleza."
Moraleja: No creas que los demás harán las cosas como tú. Aunque intenten ser otra persona, siempre llevarán en su interior lo que realmente son.
¡Saludos cordiales!