A. ¿Qué tipo de “pesos” (acciones de la sociedad), encorvan a las mujeres y hombres de hoy y que se han agudizado más en esta pandemia? Explica
B. ¿De qué manera se puede ayudar a liberar a las mujeres y a las familias en general, que están sufriendo enfermedad del cuerpo y del alma?
C. ¿Por qué es importante aprender e interiorizar que Jesús nos sana y libera? ¿En qué nos ayuda?
si me ayudan les daré corona enorme:3
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La crisis del COVID-19 no puede derivar en un retroceso en la participación laboral
de las mujeres, y por ello se debe garantizar su acceso a los derechos económicos.
Además, la participación de las mujeres en el mercado laboral es relevante para el
crecimiento económico de los países. Las mujeres parten en peores condiciones para
enfrentar esta crisis, presentan una menor participación laboral, les afecta más el des-
empleo y se concentran más en sec nitores vulnerables y de baja productividad. En la re-
gión, la participación laboral de las mujeres es de 50,3%, 25 puntos porcentuales por
debajo de los hombres32. La tasa de desempleo en 2017 fue de 10,4% para las mujeres
frente al 7,6% para los hombres33. El 51.84% de las mujeres en nuestra región están
ocupadas en sectores de baja productividad, y de estas 82,2% no están afiliadas o coti-
zando en un sistema de pensiones.34 Existe un vínculo fuerte entre la informalidad y la
pobreza,35 por lo que el alto porcentaje de mujeres en el sector informal contribuye a su
situación de pobreza. Esto a pesar de la relevancia de la participación laboral de las mu-
jeres para el PIB. El FMI ha afirmado que, en los países con mayores brechas en las tasas
de participación, cerrar estas brechas añade, en promedio, un 35% al PIB36. La precariedad
laboral de muchas mujeres las pone en mayor riesgo de que en el periodo de recuperación
puedan quedarse sin ingresos, para su bienestar y el de su familia; lo cual se agrava para
las familias monoparentales, la mayoría de ellas encabezadas por mujeres. Según datos
de la CEPAL, a raíz de la crisis económica global de 2008, la tasa de desempleo se in-
crementó en mayor medida para las mujeres que para los hombres entre 2008 y 2009.37
Ante la inevitable crisis económica, la única forma de que no se segmente sexualmente
la reinserción laboral, es decir, que las mujeres sean asignadas al trabajo no remunera-
do de la casa y los hombres al trabajo remunerado público, reforzando las desigualda-
des de género en los hogares y en el mundo laboral, será con medidas afirmativas por
sectores productivos y campañas públicas de información de la importancia individual y
colectiva de la reinserción laboral de las mujeres.