Castellano, pregunta formulada por zpalacio029, hace 3 meses

a qué tipo de lector se dirige el yo poético en el poema?ser Juana ​

Respuestas a la pregunta

Contestado por kattygarcia10
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Explicación:

Poner riquezas en mi entendimiento»: sor Juana Inés de la Cruz y sor Teresa de Cartagena

M.ª del Mar Cortés Timoner

En perseguirme, Mundo, ¿qué interesas?

¿En qué te ofendo, cuando sólo intento

poner bellezas en mi entendimiento

y no mi entendimiento en las bellezas?

Yo no estimo tesoros ni riquezas;

y así, siempre me causa más contento

poner riquezas en mi entendimiento

que no mi entendimiento en las riquezas.

[...]

Soneto de sor Juana Inés de la Cruz

Con el nombre de sor Juana Inés de la Cruz, la mexicana Juana de Asbaje ha pasado a la historia de la literatura como ejemplo real y concreto de las dificultades que las mujeres han tenido que soslayar para acceder a la enseñanza y a la escritura. Esta monja jerónima, nacida en San Miguel de Nepantla, en México, a mediados del siglo XVII, nos ha dejado abundante y heterogénea obra literaria que engloba epístolas, comedias, autos sacramentales, loas y diversos tipos de composiciones líricas. Una parte relevante de sus composiciones refleja una sincera y valiente actitud combativa frente a las limitaciones que su sociedad imponía a las mujeres, que las consideraba de poca capacidad intelectual y necesitadas de protección y vigilancia masculina. Claro ejemplo de sus quejas son la redondilla: «Hombres necios que acusáis / a la mujer sin razón, / sin ver que sois la ocasión / de lo mismo que culpáis» (Plancarte, 1951: 228) o el villancico a santa Catalina de Alejandría, donde la autora entona víctores a esta mártir por haber defendido con valentía el cristianismo ante sabios egipcios, mostrando que «el sexo no es esencia en lo entendido» y que «quiso Dios en ella honrar el sexo femíneo» (Plancarte, 1952: 170-172)1. En 1691, la poeta mexicana compuso un grupo de villancicos para solemnizar los Maitines de la festividad de la misma santa en los que subraya su acertada sabiduría, que despertó malquerencias (como ella pudo experimentar en persona): «porque es bella la envidian, / porque es docta la emulan: / ¡oh que antiguo en el mundo / es regular los méritos por culpas!» (ibíd.: 174). Y en otro simpático poema de tono popular reitera la inteligencia de Catalina de Alejandría, que contradice la opinión común de que «ellas sólo saben / hilar y coser» (ibíd.: 180).

Para conocer mejor la soledad que vivió sor Juana a causa de su vocación al saber, contamos con dos valiosas cartas que dirigió a sendos personajes importantes de la Iglesia del virreinato. En 1680, quiso rebatir las recriminaciones de su confesor el Padre Antonio Núñez de Miranda por dedicarse a leer y componer obras profanas que, según la propia escritora, respondían a diversas peticiones externas y no tanto a la propia voluntad.


kattygarcia10: espero que te sirva
kattygarcia10: dame coronita plis
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