A qué se debió el éxito del imperio mongol , porque se derrumbo
Respuestas a la pregunta
Respuesta:confederaciones nómadas como la de los xiongnu, que se habían dedicado a los intercambios de beneficio mutuo con sus vecinos sedentarios, los Han, y controlaban el comercio de las rutas de la seda. A diferencia de los xiongnu, sin embargo, los mongoles conquistarían gran parte de los principales centros sedentarios que producían los bienes con los que se comerciaba de una lado a otro de Eurasia. El resultado tuvo sus pros y contras. Algunas áreas nunca se recuperaron del golpe de la invasión, mientras otras florecieron. Se reclutaron artesanos en masa, conduciendo a la decadencia económica a sus antiguos hogares pero desarrollando los lugares donde fueron forzados a reasentarse. Como el viaje de algunos europeos como Marco Polo a través de Asia atestigua, durante un tiempo se puede hablar de Pax Mongolica en las rutas comerciales, aunque sus beneficios fueron lejos de uniformes.
El Imperio mongol fue creado por Gengis Khan (m. 1227), que recibió el título de “Emperador Universal” cuando unificó las tribus mongolas en 1206. Pasó los siguientes años realizando campañas contra los soberanos Qin (jurchen) del norte de China (Beijing cayó en 1215). En 1219-1220 marchó hacia el oeste, destruyendo el reino de Khwarezm (al sur del Mar de Aral), como respuesta al asesinato de una misión comercial que había enviado. Como en otros ejemplos, podemos ver aquí la importancia del comercio para los mongoles. Sus enterramientos en los siglos XIII y XIV atestiguan el gusto que habían adquirido por los objetos de lujo de los centros urbanos y la fusión cultural, que fue el legado a largo término de la histórica interacción entre nómadas y sedentarios.
Después de la muerte de Gengis, la capital mongol se ubicó en Karakorum sobre el río Orhon en Mongolia, no lejos de donde los nómadas uyghures tuvieron en el siglo IX su capital. Una fascinante descripción de la vida mongol y de sus modestos pero cosmopolitas pueblos puede encontrarse en un relato contemporáneo de la década de 1350 escrito por el monje franciscano Guillermo de Rubruck. Es de particular interés su testimonio en relación a la apertura de los mongoles a las diversas fes, incluyendo el Cristianismo nestoriano.
Explicación: