a qué problemas responden los caudillos!
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
.- El ser humano, aunque haya quien lo dude, necesita a la naturaleza, al medio ambiente. Pero para ello necesita ponerse de acuerdo con sus co-personas, porque aunque para cuidar el ambiente se precisa la cooperación de todos, para destruirlo basta con unos pocos.
En Inglaterra, tras los fanatismos de Isabel I y de Cronwell, la sociedad inglesa decidió que valía más la pena vivir para vivir que vivir para implantar ideas particulares. En 1688, en la época de Newton y Wren, se decidió que aunque la mitad de la sociedad no comulgase con las ideas de la otra mitad, una de ellas no tenía derecho a impedir a la otra que desarrollara sus ideas y su vida. Tories y Whigs aceptaban que cada grupo gobernaría unos años, y luego cedería el poder al otro. Tras las guerras napoleónicas, en 1829, Wellington aceptó la participación política de los católicos, y un poco después todos los ciudadanos podían ejercer los mismos derechos independientemente de sus religiones, ideas o convicciones políticas.
Un principio básico era el que ningún partido o ideología gobernaría indefinidamente, de manera que todos, al saber que dejarían el poder en algún momento, se esforzaban en quedar bien con la oposición que les substituiría llegado el caso: Era, y es, un ejemplo de cooperación frente a competencia salvaje. Hoy hay caudillos en Latinoamérica (y no solo allí) que se esfuerzan en legislar de forma que puedan mantenerse en el Gobierno indefinidamente, eliminando así la deseabilísima alternancia en el poder que es lo único que puede garantizar un esquema de cooperación de todos los elementos de cualquier sociedad.
El cuidado del medio ambiente exige la cooperación de todos. No es una exclusiva de unos partidos u otros. Exige, como otras muchas actividades políticas, el desprecio de la ideas de partido, del ansia de ganar, del deseo de poder, estúpidas reliquias de un pasado tribal que deben ser substituidas por las ganas de vivir, por el ansia de conocer, por el deseo de disfrutar de la naturaleza y de nuestras co-personas. Muchas veces se ensalza ese ansia de ganar, se dice que es parte de nuestros genes, que deberíamos respetarla. En una época de recursos escasos no cabe duda de que el cabecilla de la tribu podía coordinar esfuerzos para mantener la esa tribu en funcionamiento frente a ataques de otras. Pero hoy tenemos recursos más que suficientes, que sin embargo no se distribuyen adecuadamente, por las mismas razones que antiguamente permitían la supervivencia.
La lucha contra el cambio climático, el mantenimiento de la biodiversidad en tierras y mares, el intento de conseguir que no avance el desierto, la utilización del mismo para generar energía, y el disfrute de la naturaleza exigen la eliminación de las luchas de partidos, del ansia de caudillismo. Exigen que cada gobernante se considere nada más que un administrador jefe, con el objetivo de coordinar esfuerzos, pero nunca de establecer sus propias ideas. El caudillismo -además de destrozar, vía la falta de cooperación, el medio ambiente- no sirve para absolutamente nada.
Los caudillos (reyes) europeos que guerreaban entre si no consiguieron nada, ni para ellos ni para sus ciudadanos. ¿Qué consiguieron los khmeres rojos? ¿Qué han conseguido los regímenes de Corea del Norte, de Cuba, de los pocos países en los que aún se mantiene la idea del "caudillo"? Sesenta años de paz en Europa, la eliminación de los caudillos aquí, nos ha traído la inmensa prosperidad de que disfrutamos, gracias a la idea de cooperación. La tentación de caudillismo es grande. Cada ser humano quiere ser el que orina más lejos, el que manda a los demás. Pero eso ni le sirve a él, que descubre que el poder es aceptar la humillación de ceder a los chantajes, ni a la sociedad que le rodea.
Necesitamos, para salvar a nuestro medio ambiente y salvarnos a nosotros mismos, eliminar la estupidez del caudillismo, y aceptar, de lleno, la idea de la cooperación entre todos.
Explicación:
pepe el mago