a) ¿Qué les recuerda la imagen?
b) ¿Quién era Noe? ¿Por qué Dios salvo sólo a Noé y su familia?
c) ¿Crees que Dios amó a la humanidad? ¿Por qué castigó con un diluvio?
d) ¿Crees que en la actualidad la humanidad está viviendo como en los tiempos de Noé?
e) ¿Qué crees que podría suceder?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
amigo ponla imagen para que se pueda contestar
a-No tengo la imagen, eso lo sabrás tú.
b-Noé era (junto a su familia) el último justo de los tiempos antediluvianos, cuando la sociedad se encontraba tan per.vertida y depravada que ya nadie creía en Dios. Dios lo salvó porque era el único que podía llevar a la Humanidad a un buen futuro.
c-El Diluvio fue un acto de amor. Sin él, la Humanidad hubiera continuado eternamente en la corrupción, pero Noé y su familia la renovaron. Muchas veces Dios debió tomar decisiones drásticas para poner fin a situaciones donde el abuso era insostenible. Ejemplos de esto fue la destrucción del Antiguo Egipto en el Libro del Éxodo: el régimen esclavista y sanguinario de los egipcios no dejaría de abusar de los hebreos de otra manera. De forma similar, la destrucción de Jerusalén en el Libro del Apocalipsis fue necesaria para permitir al cristianismo expandirse por el Imperio Romano sin la persecución de los judíos.
d-Parcialmente. Varias personas viven como en los tiempos de Noé, pero no es un fenómeno mundial. Aún queda muchísima más gente piadosa que en esa época. Además, no nos corresponde juzgar lo que le corresponde a Dios.
e-Dios prometió a Noé que no volvería a destruir a la Humanidad, dejando el arcoíris como símbolo de esta promesa. Entonces, la gente que cree que Dios destruirá el mundo en poco tiempo y los salvará solo a ellos (ej: los Testigos de Jehová o los protestantes) están equivocadas y contradicen a la Biblia. Una vez la situación fue apropiada, Dios envió a Jesús como Redentor para que por medio de Él nos reconciliáramos. Debemos, entonces, renovar el mundo mediante la predicación de la Palabra y la difusión del mensaje de Jesús, que nos lleve a romper de corazón con el pecado y a ser sinceramente hijos de Dios.