a qué estaba destinado el trabajo ?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Como lo prometido es deuda hoy voy a hablaros de la Mita, el sistema de trabajo utilizado por los españoles en Los Andes desde que se asentaron en el lugar. Veamos en qué consistía.
El término Mita proviene de la lengua Quecha y significa turno de trabajo. Era un sistema de trabajo que se utilizaba en el imperio Inca o Tahuantinsuyo en el cual se les obligaba a los varones de cada comunidad (ayllu) que tenían una edad comprendida entre los 18 y los 50 años a trabajar por turnos durante un determinado periodo de tiempo a favor del estado incaico. El imperio utilizaba a esa enorme cantidad de población a su disposición para la construcción de caminos, fortalezas, fuentes, templos, acueductos etc., o sea en todo lo relacionado con las obras públicas del gobierno; y además en la minería. Aparte podían realizar trabajos privados para el Sapa Inca, que era el gobernador de Cuzco, capital del imperio.
Una vez que los españoles se fueron asentando en la región y conocieron el sistema de la Mita lo utilizaron como su propio sistema de trabajo, adaptándolo a sus necesidades. Fue concretamente el Virrey Francisco de Toledo (Oropesa 1515, Escalona 1582), que fue Virrey entre 1569-1581, quien en 1572 (otras fuentes hablan de 1575) empezó a utilizar regularmente este sistema de trabajo.
¿Y cómo funcionaba la Mita? Los españoles, como clase dirigente en la zona, exigían a los indígenas el pago de unos tributos, pero estos no se cobraban en metales preciosos o especias, sino en trabajo que los indígenas realizaban a favor de los españoles. El Corregidor, a través del Cacique, líder local, realizaba una asignación de indígenas para ser repartidos a los diferentes encomenderos y hacendados. Se realizaba sorteando a la población indígena de un lugar en concreto y los que tenían la mala suerte de “ganar” el sorteo eran conducidos fuera de su comunidad para trabajar un determinado periodo de tiempo, normalmente unos meses, al servicio de los españoles a cambio de un salario estipulado. El encomendero deducía del total del salario diario que debía recibir el indígena la parte proporcional acordada en concepto de tributo, entregándoles el resto. De ese montante que les quedaba, los indígenas tenían que afrontar los gastos con el encomendero consistentes en manutención y alojamiento, los cuales eran superiores al dinero que les quedaba. A cambio de este beneficioso sistema, el benefactor únicamente tenía la obligación de enseñarles la religión católica.
Explicación: