Historia, pregunta formulada por ale0takuuu2937, hace 17 horas

A partir de la lucha por la igualdad de las mujeres, emprendida a partir del siglo XX, ¿Qué falta para alcanzar una plena igualdad?


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Respuestas a la pregunta

Contestado por falcao954
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tampoco se alguien nos puede ayudar

Contestado por pipemoncap
1

Respuesta:

Desde hace ya más de una década, la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)

acompaña el progreso de las políticas públicas con enfoque de género. Fiel a su mandato, la CEPAL ha

propuesto un marco de desarrollo basado en los derechos humanos, con el fin de producir sinergias

positivas entre el crecimiento económico y la equidad social en el contexto de la modernización

productiva.

En los últimos tiempos, la CEPAL ha planteado unlversalizar y mejorar la protección social; se

trata fundamentalmente de establecer un pacto fiscal y social que permita el acceso a los sistemas de

protección social y su financiamiento en un marco de solidaridad.

En ese contexto, El aporte de las mujeres a la igualdad en América Latina y el Caribe vuelve

¡ más visibles dos temas clave en la estructuración de la desigualdad entre mujeres y hombres: por una

parte, la participación política y la paridad de género en los procesos de adopción de decisiones en todos

los niveles y, por otra, la contribución de las mujeres a la economía y la protección social, especialmente

en relación con el trabajo no remunerado.

Como evidencia del progreso logrado, en la décima Conferencia Regional sobre la Mujer de

América Latina y el Caribe se analizará el tema de la paridad como un horizonte democrático posible.

Mientras todos los países de la región muestran una amplia participación de las mujeres a lo largo de su

historia política, y sobre todo durante los últimos veinte años, las cifras de representación femenina en los

parlamentos y los poderes ejecutivos revelan el desafío que deben encarar las élites políticas de la región

para realzar el equilibrio de género. El surgimiento de liderazgos femeninos en la región, el

comportamiento electoral crecientemente autónomo de las mujeres y el voto femenino a favor de las

mujeres constituyen parte del nuevo escenario democrático. La paridad es uno de los símbolos de las

nuevas democracias, que se presenta como un recurso ético para fortalecer la legitimidad de las

instituciones democráticas.

En la primera parte del presente documento se demuestra con datos concluyentes que las mujeres,

que constituyen la mitad de la población, están mínimamente representadas en la mayoría de los

parlamentos. Brechas similares se advierten en los otros poderes del Estado y, en general, en los ámbitos

de toma de decisiones. Mientras el derecho a voto fúe conquistado a lo largo de tres décadas, entre los

años veinte y sesenta del siglo pasado, el derecho a que las mujeres sean efectivamente electas tardó casi

cincuenta años en consagrarse y recién a partir de los últimos años del siglo XX se puede advertir un

incremento significativo de mujeres electas, en gran parte gracias a medidas de acción positiva, entre

otras de cuotas, que afortunadamente se están generalizando. En todos los países que han adoptado ley de

cuotas estas han tenido efectos positivos, como lo demuestra el hecho de que en algunos el porcentaje de

mujeres electas ascienda a alrededor del 40%. Sin embargo, diferentes estudios muestran que, además de

las reformas de los sistemas electorales, es necesario modificar numerosos aspectos de la cultura política

que provocan sesgos discriminatorios, tales como el acceso inequitativo al financiamiento, la influencia

desigual de las redes sociales y el uso injusto del tiempo que, como se demuestra en la segunda parte de

este estudio, exige a las mujeres centrar su atención en las labores reproductivas.

En la región, el ingreso laboral de las mujeres equivale al 70% del ingreso de los hombres. A

pesar de esa desventaja, el aporte femenino es fundamental para mitigar la pobreza, tanto si las mujeres

perciben ingresos monetarios como si hacen un aporte no remunerado al hogar, aporte que se transforma

en un impuesto “reproductivo”, que permite un ahorro en gastos de salud, cuidado de los niños y de sus

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