8. El aceptar, en la obediencia, es:
a. Respetar incuestionablemente al otro
b. No pensar a menudo en lo que mandan
c. Considerar como nuestras las decisiones de
otro
d. Aceptar solamente aquello que a mí me
conviene
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
En esto de obedecer, yo, tu Ordenador, si creo que te puedo dar lecciones. ¿Fallo alguna vez a lo que me mandas? Si me das las órdenes correctas, ahí estoy yo sumiso, sin voluntad propia, ciegamente servil. Eres tú más bien el que se equivoca en algunas órdenes que me das. Estoy orgulloso de ello.
Pero sospecho que mi obediencia no es la obediencia con que deben obsequiarse unas a otras las personas humanas. Yo actúo sin motivos, sin razones. Si fuera capaz de ello, no sería Ordenador, sería persona.
Las personas vivís en sociedad. Y sociedad es la familia, el colegio, la ciudad, la nación a que perteneces. ¿Te imaginas una sociedad sin autoridad? Es necesaria la autoridad. No hay más que ver cómo los jóvenes, tan propensos a rechazar la autoridad establecida, os inventáis otros tipos de autoridad. Buscáis quien os mande y os sometéis servilmente. Obedecéis al cabecilla de la pandilla, al líder de turno, a las modas.
¿Quieres saber qué es la obediencia para una persona?
Obedecer es aceptar y ejecutar, como decisiones propias, las indicaciones de quien tiene y ejerce la autoridad, siempre que no se oponga a la justicia.
Datos a tener en cuenta:
Aceptar, en la obediencia, es considerar como tuyas las decisiones de otro.
Autoridad es la persona puesta para mandar, ordenando los derechos de todos y procurando el bien de la sociedad o de las diversas sociedades a las que tú puedas estar incorporado.
Ejecutar es hacer con prontitud lo que te mandan, poniendo interés por interpretar bien la voluntad del que manda.
La autoridad, si como humana que es, se sobrepasa en sus facultades, no debe ser obedecida en sus abusos o errores.
La obediencia no se opone a la libertad. Es verdad que el que obedece se somete a la voluntad de otro. Pero lo hace en virtud de una decisión libre, motivada por unos valores superiores.
El primero de estos motivos es la autoridad misma, cuyo fundamento está en la justicia. Otras razones pueden ser, y de hecho son, la paz, la armonía, la eficacia, el respeto a los derechos de los demás, el bien común.
Explicación:
c. Considerar como nuestras las decisiones de otro