8. Consulto cuáles son las características a nivel social, político, espiritual, cultural y económico de las invasiones bárbaras.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Explicación:
Gracias a numerosos escritos tanto religiosos como no y gracias a las investigaciones sabemos en el contexto en el que Jesús vivió. El historiador contemporáneo del Nazareno Flavio Josefo nos habla sobre Palestina y Jerusalén, aportando enorme documentación.
Nos movemos en el siglo I de nuestra Era. Israel (o Palestina) estaba bajo dominio romano (desde el 63 a. C. por Pompeyo), siendo emperadores Augusto y Tiberio (ha. 37 d.C.), de la dinastía Julio-Claudia y gobernador provincial Poncio Pilatos. Los judíos, aunque bajo dominio romano, mantenían su rey y sus leyes, la Ley (Thorá). Los reyes de esta época fueron Herodes el Grande, Arquelao y Herodes Antipas (todos ellos elegidos por el Senado Romano). Estos reyes, junto con el Sanedrín, se encargaban de hacer cumplir la ley judía. Los romanos se reservaban los asuntos de Estado, los “de enorme importancia” y las penas de muerte. A parte, recibían los tributos correspondientes a una provincia imperial.
La sociedad palestina del siglo I estaba llena de jerarquías y divisiones sociales. Libres y esclavos, circuncisos e incircuncisos, judíos y samaritanos, hombre y mujer, grecoparlantes y no grecoparlantes, ricos y pobres, diferentes sectas o escuelas judaicas, etc. Esto es fundamental para comprender el mensaje de Jesús y el porqué de su reacción. La misma religión judía establecía estas jerarquías en muchos casos y propiciaba divisiones enormes que chocaron al Galileo. De esto hablaremos más adelante….
El griego era la lengua culta y del comercio, el arameo/hebreo era la lengua hablada/escrita y el latín la lengua oficial. Por eso la inscripción de la cruz de Jesús estaba en estas tres lenguas. Había enormes ciudades, centros de poder económico, que tenían origen griego o romano y gozaban de bastante independencia. Destacamos las ciudades de Séforis, Tiberíades y Jerusalén. Estas ciudades estaban controladas por mercaderes y gente poderosa que en muchas ocasiones no eran judíos. En el campo la situación era distinta. La mayoría de la población era judía y existía pobreza debido al mal reparto de la propiedad. La situación era difícil.