7. ¿Cómo la habrá preparado Dios para que cumpla con la misión encomendada?
ayudaaaaaaaaaaaaaa
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
a quien dime y te respondo
Explicación:
soy un catequista
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Respuesta:
Su misión era llevar a cabo la Expiación; misión que era exclusiva de Él. Nacido de una madre mortal y de un Padre inmortal, Él era el único que podía poner Su vida voluntariamente y volverla a tomar (véase Juan 10:14–18). Las consecuencias gloriosas de Su expiación fueron infinitas y eternas; Él quitó el aguijón de la muerte e hizo que el dolor del sepulcro fuera temporario (véase 1 Corintios 15:54–55). Se sabía desde antes de la Creación y de la Caída que era Su responsabilidad llevar a cabo la Expiación; Expiación que no sólo haría posible la resurrección y la inmortalidad para toda la humanidad, sino que también nos permitiría ser perdonados de nuestros pecados, bajo ciertas condiciones que Él establecería. Por consiguiente, Su expiación estableció la vía mediante la cual podíamos unirnos a Él y a nuestra familia por la eternidad, lo cual consideramos que es la vida eterna, el mayor don que Dios ha dado al hombre (véase D. y C. 14:7).
Ninguna otra persona podía llevar a cabo la Expiación; nadie, por más riqueza y poder que tuviera, podría salvar una sola alma, ni siquiera la suya (véase Mateo 19:24–26). Y a ninguna otra persona se le requerirá ni permitirá derramar sangre por la salvación eterna de otro ser humano. Jesús lo hizo “una vez y para siempre” (Hebreos 10:10).