Historia, pregunta formulada por Pilarnara, hace 1 año

7.- Además de los Tartessos que otro pueblo indígena se estableció en el norte peninsular?
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Contestado por hope97
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LOS PUEBLOS INDÍGENAS DE LA PENÍNSULA IBÉRICA

La península ibérica fue habitada por diferentes pueblos en su historia. En efecto, durante el paleolítico, hace medio millón de años, los primeros pobladores de la península ibérica eran nómadas y se adaptaban a la naturaleza en su forma de vida.

Con el tiempo, el hombre paleolítico, cazador y nómada, se convierte en productor de alimentos, en agricultor y pastor: es la época neolítica.

A comienzos del III milenio a. de C. la península ibérica recibe nuevos pobladores. La riqueza en metales del país, especialmente el estaño del noroeste, necesario para la obtención del bronce, atrajo a gentes de Oriente, que extendieron su cultura superior. Este período se llama la Edad del bronce.

Hacia el año 1000 a. de C. el mapa cultural de la península sufre una profunda transformación. Entramos así en la Edad del Hierro. Fue una época decisiva en la historia de la península ibérica. Es en este sentido que José Manuel Roldán afirmó: “Por primera vez aparecen claras diferencias entre las diversas regiones peninsulares. Los dos focos fundamentales son los valles de los ríos Guadiana y Guadalquivir, en el sur, y la Meseta, en el interior. Sus características serán modificadas profundamente por una doble influencia: la presencia de pueblos colonizadores mediterráneos –fenicios y griegos- y la penetración continuada por el norte de gentes europeos. Los pueblos peninsulares adquieren bajo estas influencias la personalidad con la que entran en la Historia”.[1]

Así pues, nuestro trabajo en esta primera parte, se basará más en describir la vida de estos últimos que llamamos pueblos indígenas puesto que ellos son los que tuvieron un contacto directo con los romanos.

1-2-1- LOS PUEBLOS ANTIGUOS

1-2-1-1- LOS TARTESIOS

Resumiendo el contenido de los textos griegos se puede retener que: ““Tartessos” es una ilustre ciudad de Iberia, que recibe su nombre del río Betis, llamado antes también Tartessos”.[2] Vivían los tartesios en la península ibérica. Eran pueblos procedentes de África del norte. Ocupaban la región meridional es decir Murcia y Andalucía. Pero en realidad, su extensión geográfica fue muy diferente para cada época. Es lo que nos aprende los autores del libro Introducción a la Historia de España por estos términos: “Ubicada sobre la actual Andalucía, posiblemente su límite máximo estuvo en el cabo de Nao; luego, en la zona de Cartagena; más tarde, se tendió a identificar Tartessos con la Turdetania; y en el siglo III a. J.C. se denominaba Tartessos a la zona del estrecho de Gibraltar.”[3] Practicaban la agricultura y la ganadería. Eran también hábiles navegantes. Atravesaban ya el Atlántico norte en busca de estaño. Tuvieron relaciones con los fenicios que acabaron por dominarlos; lo que provocó su decadencia. Habitaban la península hacia 500 a. J.C.

1-2-1-2- LOS IBEROS

Los habitantes de la Península al inicio de los tiempos históricos fueron tradicionalmente designados por los geógrafos e historiadores clásicos con este nombre. No se conoce bien su origen ni el momento de su llegada, si bien se supone que pertenecieron a un grupo racial mediterráneo-oriental-africano, y que llegaron por el Sur, a finales del Neolítico. Eran hospitalarios y leales. Eran muy valiosos y a la vez muy temibles como soldados. Tenían inclinación a la guerra, motivo por el que el latino Horacio les dio el nombre de “Belicosa Iberia”. No parecían tener una tradición clara de gobierno central, pero sí, tenían una noción muy aguda de la conciencia de unidad étnica, del interés común a pesar de que vivieron divididos en tribus agrupadas en pequeños Estados. Como actividad practicaban la pesca e intercambio de productos entre tribus. Vivían en cerros y colinas para su mejor defensa. Su arte lleva influencia griega sobre fundo oriental. Se establecieron en zonas de Levante, Mediodía, Pirineos ístmicos y Sur de Francia.

LOS LIGURES Y LOS ILIRIOS

En su libro Historia de España[4], Joseph M. Walker distingue dos otros pueblos, desconocidos por el gran público. Se trata de los ligures y los ilirios.

De un lado, nos informa de que los ligures estaban asentados en Liguria, región situada entre la costa mediterránea y ambas vertientes alpinas. Se viene discutiendo sobre su pertenencia o no al tronco indoeuropeo; su idioma presentaba ciertas afinidades con el celta y el latín, pero también abunda en rasgos diferenciales en relación a otras lenguas indoeuropeos. Practicaban el culto al Sol. La existencia de ligures en la Península Ibérica ha sido discutida y rechazada, incluso, por algunos arqueólogos e historiadores, aun cuando ciertos lingüistas y epigrafistas la admitan para explicar determinados fenómenos idiomáticos. En todo caso, no existen los suficientes datos arqueológicos que apoyen la hipótesis de su presencia.

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