6 frentes del proyecto de vida
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
1- Entorno
El primer nivel es el del entorno. En él se incluyen todas las condiciones externas que rodean a los comportamientos, incluyendo el lugar pero también otros elementos como el momento o las personas implicadas en lo que hacemos.
El entorno es el factor más sencillo de cambiar cuando queremos alcanzar una meta para nuestro plan de vida, ya que tan solo tenemos que movernos de un lado a otro para modificarlo.
Aun así, su efecto sobre los demás niveles puede ser muy grande, por lo que aprender a escoger el mejor entorno o cambiar uno que no nos potencia es una habilidad muy útil para conseguir lo que queremos.
Ejemplos de entornos son el lugar donde vivimos, dónde estudiamos o dónde trabajamos.
2- Comportamiento
El segundo nivel que hay que tener en cuenta para llevar a cabo nuestro plan de vida es el de nuestros comportamientos. En él se incluyen tanto las acciones que llevamos a cabo de forma proactiva, como las reacciones que tenemos hacia lo que sucede en nuestro entorno. Algunos expertos también incluyen en él los comportamientos que hemos decidido no realizar pero podríamos haber hecho.
Este es el nivel de la escala sobre el que más control tenemos, además de ser el primero que depende por completo de nosotros mismos. Por eso, gran parte de los cambios en nuestra vida y la persecución de nuestras metas empiezan aquí.
Ejemplos de comportamientos son qué decidimos estudiar, qué deportes practicamos, qué hacemos en el tiempo libre o con qué clase de personas pasamos nuestro tiempo.
3- Habilidades o competencias
Este nivel también es conocido como el del “cómo”. En él se incluyen todas las capacidades que ya tenemos, además de aquellas que queremos o tenemos desarrollar para poder perseguir nuestro plan de vida correctamente
Una persona que esté operando desde este nivel pensará sobre todo en qué tiene que aprender para alcanzar los resultados con los que sueña. Sin embargo, adquirir nuevas habilidades es bastante más complejo que cambiar nuestros comportamientos, por lo que las modificaciones en este nivel son bastante más costosas.
Ejemplos de habilidades son hablar en público, hablar inglés, programar, escribir o aprender técnicas de laboratorio.
4-Creencias
El nivel de creencias también es conocido como el del “por qué”. Aquí se incluyen nuestros pensamientos, nuestros valores, y las razones que están detrás de nuestras metas, acciones y comportamientos.
Las creencias son mucho más difíciles de acceder que los comportamientos o las habilidades, pero suelen tener un efecto muy pronunciado sobre los resultados que obtenemos en distintas áreas. Por eso, para poder llevar a cabo nuestro proyecto de vida es fundamental que nuestras creencias estén alineadas con él.
5- Identidad
La identidad tiene que ver con el conjunto de creencias que albergamos sobre nosotros mismos. A partir de este nivel se deriva el sentido del “yo”; y en función de cómo sea este, nuestro proyecto de vida cambiará en gran medida.
Cambiar nuestra propia identidad es algo que solo puede hacerse de manera indirecta, trabajando sobre nuestras creencias, comportamientos y habilidades. Sin embargo, modificarla hasta que esté alineada con lo que queremos es fundamental para poder perseguir nuestro proyecto de vida de manera correcta.
6- Espiritualidad
Para Robert Dilts, la espiritualidad estaba en un nivel por encima incluso de la propia identidad, ya que no podía ser explicada de manera lógica. En este nivel se incluiría la sensación de formar parte de algo más grande que uno mismo, aunque en este sentido no es necesario estar hablando de religión.
Así, elementos como la familia, la propia comunidad o la pertenencia a una causa benéfica podrían ser consideradas parte del nivel de espiritualidad. A partir de este se deriva gran parte de nuestro proyecto de vida, por lo que es importante conocer su contenido en la medida de lo posible.
Explicación: