6 ejemplos del ciclo motivacional
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Ejemplo: paseas tranquilamente, un día soleado, por el centro comercial de tu ciudad, disfrutando del ambiente y de que hoy tienes el día libre. Estás relajado y a gusto.
Ejemplo: hace tiempo que tocas la guitarra, es un instrumento que te encanta y cada día dominas mejor la técnica. Tu guitarra actual deberías sustituirla por una de mejor calidad, pero la que tienes en mente es demasiado cara. Pasas, durante tu paseo, por tu tienda de música y ves exactamente la guitarra que te gusta a un precio rebajado. Te detienes y la observas. Ahora no puedes costearte su precio pero… tal vez…
Ejemplo: la visión de la guitarra ha significado un fuerte estímulo para ti, que te ha sacado de la sensación de homeostasis que tenías durante el paseo. Fíjate en que en este momento se genera un grado de dependencia que debes saber controlar: si no la controlas serás un comprador compulsivo. Pero tú no lo eres: sabes dominar el estímulo, pero no piensas renunciar a comprarte la guitarra que tanta ilusión te provoca. Empiezas a pensar la manera en cómo podrías costeártela.
Ejemplo: vas a comprar la guitarra. Sabes que en tu trabajo estáis viviendo un momento de acumulación de tareas que os cuesta cumplir por falta de tiempo. Decides hablar con tu jefe para proponerle trabajar tres horas más al día durante este mes. Es un win-win: prometes ponerte al día con el trabajo y contentar a clientes ansiosos pero le pides que te remunere las horas extras. Antes de hablar con tu jefe haz números: con lo que ganes y otro poco que tienes ahorrado puedes comparte la guitarra, si tu superior accede al trato. Controla los nervios, ten seguridad en ti mismo y ve a hablar con tu jefe teniendo claro cómo vas a exponer tu propuesta. Elige un momento en que pueda atenderte con tranquilidad.
Ejemplo: has expuesto a tu jefe tu plan y ha accedido. Durante un mes, trabajas tres horas más y consigues que la empresa vuelva a ponerse al día con las tareas convenidas y los clientes están satisfechos. Con la remuneración obtenida, vas a la tienda y compras la guitarra que tanto deseabas. Llegas a casa y empiezas a tocarla. Te sientes feliz y satisfecho. La tensión acumulada desaparece y te relajas, sintiendo que el esfuerzo llevado a cabo ha valido la pena.