5b. Comente los aspectos más relevantes de la obra de los siglos XVIII o XIX que haya leído en relación con su contexto histórico y literario. (1 punto). PRUEBA SELECTIVIDAD MADRID CONVOCATORIA JUN 2014-2015 LENGUA CASTELLANA Y LITERATURA II. Ladrones, asesinos y rufianes vivían asociados en comunidades que recibían nombres como jacarandina, hampa, heria o carda. La sociedad germanesca* mejor conocida de España es la de Sevilla. La jacarandina sevillana era una organización mafiosa que controlaba las principales actividades ilícitas de la urbe: el robo, el juego, la prostitución y la “valentía” (los sicarios). Se decía que a principios del siglo XVII la ciudad estaba dividida en unos 24 distritos con un cónsul al frente de cada uno de ellos. Cada consulado disponía de especialistas en diversas tareas, con una escala de oficios y oficiales complementarios a los de los ejecutores de los delitos, como los avispones, que estudiaban las calles para buscar casas vulnerables de robar, y los postas, infiltrados en las instituciones que desviaban y entorpecían la acción de las autoridades, avisando de las redadas, extraviando papeles o gestionando sobornos. La buena organización y la eficacia de estas cofradías fueron proverbiales, tanto que Cervantes en Rinconete y Cortadillo bromea sobre su funcionamiento al describir la cuidadosa administración de Monipodio y sus libros de registro, el que guardaba la memoria de “las cuchilladas y palos que han de dar esta semana” y el otro, el “Memorial de agravios comunes”. Cervantes, como Luis Zapata, Mateo Alemán, el padre León y otros, equiparaba la honrada sociedad de los ladrones y delincuentes con las casas comerciales y los tribunales bien administrados. Sin ir más lejos, don Luis Zapata sentenciaba que el hampa sevillana “durará mucho más que la Señoría de Venecia, porque aunque la justicia entresaca algunos desdichados nunca ha llegado al cabo de la hebra”. El problema era la connivencia existente entre el poder político y el crimen organizado; sin decir quiénes, Zapata advertía de que muchos criados de hombres poderosos eran germanes**, también algunos alguaciles y ministros de justicia, y, además, las cofradías mafiosas dedicaban parte de sus ingresos a cohechar y “torcer la vara de la justicia”. (Manuel Rivero Rodríguez, La España de Don Quijote. Un viaje al Siglo de Oro, 2005) * Asociación de delincuentes. ** Delincuentes.
Respuestas a la pregunta
En la obra de Galdós, “Doña Perfecta” de 1876 ya había aparecido la primera serie de los Episodios Nacionales. Galdós ya era un escritor conocido, que había ganado cierto dinero y reconocimiento; la novela le convirtió en un personaje polémico dentro de la sociedad. Se ganó a la vez el odio de los conservadores y la admiración de los liberales.
Doña Perfecta pertenece a las “novelas de primera época” o también llamadas novelas de tesis, porque en ellas se cuenta una historia para defender unas determinadas ideas políticas y religiosas (reflejan el enfrentamiento entre las mentalidades conservadora y progresista de la época).
Aunque Doña Perfecta trata el problema de la intolerancia, lo que surge como el verdadero tema de la novela es la hipocresía. Esa hipocresía tiene como foco Orbajosa, el espacio de la novela. La ciudad de Orbajosa sirvió a Galdós para retratar el conflicto de la obra: lo nuevo contra lo viejo, el progreso frente al conservadurismo. Le sirve también para hacer patente la corrupción política en España.
Orbajosa es una ciudad corrupta que manejan unos pocos poderosos. Una de las cosas que más llaman la atención es el amplio complejo de superioridad que sufren los orbajosenses, muy orgullosos de sus tradiciones y de ser impermeables a lo de fuera.
Para poder comprender la novela es necesario tener en cuenta sus características realistas y naturalistas: Los naturalistas desarrollaron la novela de tesis. La tesis que trata de demostrar Galdós en su novela es que en las aldeas se encuentra lo peor de la sociedad española
Benito
Pérez Galdós en la novela de Doña Perfecta se muestra anticlerical al modo de
aquella época y refleja en su obra la hostilidad provinciana conservadora a las
ideas modernas recién llegadas a España.