5. Elabora una oración a Dios pidiéndole perdón por no saber cuidar la naturaleza.
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
señor hoy en este momento de oración te pido perdon por no saber cuidar la naturaleza que tu creaste voy a tratar de aprender a cuidar la naturaleza y toda tu creación.
Amén
Respuesta:
Oración: Oremos: Oh Dios, que hemos tratado la creación con señorío, sin el respeto que se debe. Danos ojos para ver lo que es bueno, para discernir lo que podemos cambiar y para imaginarnos un mundo en el que compartimos equitativamente los bienes de la tierra con todos. ◘ Reflexión: Desmond Tutu, Arzobispo Emérito de Ciudad del Cabo, Iglesia Anglicana de Sudáfrica. En la Biblia, el libro del Génesis declara que los seres humanos han sido creados a imagen de Dios y los invita a tener dominio sobre el resto de la creación. Hechos a imagen de Dios, son por lo tanto los representantes de Dios y no deben sostener este dominio despiadadamente, sino como Dios sostendría este dominio: con cariño, amor y compasión. Hay una íntima conexión entre nosotros, los seres humanos, y el resto de la creación. Es mística y real. Cuando Adán y Eva arruinan definitivamente sus vidas a través de la desobediencia a Dios, esto trae consecuencias devastadoras para el resto de la creación. La tierra, que hasta entonces había producido cosechas en beneficio de los seres humanos, ahora arroja malezas. Esta es una forma metafórica de decir que la Creación ha sido dañada, porque los seres humanos han sido dañados. Ahora la creación está roja en dientes y garras. ◘ Reflexión: Papa Francisco, Laudato Si´, No. 89,90 Las criaturas de este mundo no pueden ser consideradas un bien sin dueño: «Son tuyas, Señor, que amas la vida» (Sb 11,26). Esto provoca la convicción de que, siendo creados por el mismo Padre, todos los seres del universo estamos unidos por lazos invisibles y conformamos una especie de familia universal, una sublime comunión que nos mueve a un respeto sagrado, cariñoso y humilde. Quiero recordar que Dios nos ha unido tan estrechamente al mundo que nos rodea, que la desertificación del suelo es como una enfermedad para cada uno, y podemos lamentar la extinción de una especie como si fuera una mutilación. Esto no significa igualar a todos los seres vivos y quitarle al ser humano ese valor peculiar que implica al mismo tiempo una tremenda responsabilidad. (…) Es verdad que debe preocuparnos que otros seres vivos no sean tratados irresponsablemente. Pero especialmente deberían exasperarnos las enormes inequidades que existen entre nosotros, porque seguimos tolerando que unos se consideren más dignos que otros. Dejamos de advertir que algunos se arrastran en una degradante miseria, sin posibilidades reales de superación, mientras otros ni siquiera saben qué hacer con lo que poseen, ostentan vanidosamente una supuesta superioridad y dejan tras de sí un nivel de desperdicio que sería imposible generalizar sin destrozar el planeta. Seguimos admitiendo en la práctica que unos se sientan más humanos que otros, como si hubieran nacido con mayores derechos. ◘ Reflexión: Declaración del grupo de trabajo encargado por la Academia Pontificia de las Ciencias, Vaticano, 2011 Hacemos un llamado a todos los pueblos y naciones para reconocer los graves y potencialmente irreversibles impactos del calentamiento global causado por las emisiones antropogénicas de gases de efecto invernadero y otros contaminantes, y por los cambios en los bosques, humedales, pastizales y otros usos del suelo. Hacemos un llamado a todas las naciones para desarrollar e implementar, sin demora, políticas y eficaces amén..