5 Ejemplos donde no se respete la libertad
Respuestas a la pregunta
Respuesta:1. Hitler y los nazis no tenían problemas sólo con los escritores. En 1937 organizaron dos exposiciones en Munich: una de arte alemán, con “desnudos de rubias esculturales junto con soldados y paisajes idealizados”, tal y como recuerda este artículo de la BBC, y otra de arte “degenerado”, es decir, de artistas abstractos y expresionistas, entre otros. La de arte degenerado atrajo tres veces más visitantes. Incluía nombres como Paul Klee, Max Beckmann, Wassily Kandinsky y Oskar Kokoschka, entre otros artistas que forman parte del canon del arte del siglo XX.
2. Otro ejemplo de textos censurados: el índice de libros prohibidos por la iglesia católica, que estuvo vigente en diversas ediciones entre 1564 y 1966, y que incluyó a autores como Erasmo de Rotterdam, François Rabelais, Honoré de Balzac y Jean-Paul Sartre, además de libros como el Lazarillo de Tormes.
3. Incluso un libro para niños en apariencia inocente, como es la saga de Harry Potter, ha sido prohibido y atacado. Es el que más problemas ha tenido en las bibliotecas de Estados Unidos entre 2000 y 2009, según la American Library Association, por centrarse en la magia, contraria al cristianismo. Está prohibido en los Emiratos Árabes Unidos también por cuestiones religiosas. Y en 2007 en Karachi (Pakistán) hubo un intento de atentado en un centro comercial en el que se iba a presentar la última novela de la serie. Nada de esto ha evitado que J. K. Rowling lleve vendidas 450 millones de copias de estos libros que se han traducido a 73 idiomas. Además, las ocho películas han recaudado más de 7.700 millones de dólares.
4. Otro libro que tuvo dificultades para entrar en algunas bibliotecas estadounidenses fue Las aventuras de Huckelberry Finn, que fue prohibido en Massachussets nada más salir publicado en 1885 por su "lenguaje vulgar".
5. No podemos hablar de libros sin mencionar Los versos satánicos. En 1989, la publicación de esta novela provocó su prohibición y disturbios en países musulmanes, además de una fatwa proclamada por el ayatolá Jomeini que obligó a Rushdie a llevar protección oficial del gobierno británico y que aún sigue vigente. El libro apenas había vendido unos centenares de copias en las primeras semanas, pero después de la polémica y en unos cinco meses ya alcanzó la cifra de 750.000 ejemplares.
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