4. ¿quién fue atila y cómo calificarías sus acciones?
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Atila, rey de los hunos, invadió el Imperio romano y avanzó hasta las puertas de la capital. Su propósito era socorrer a la hermana del emperador, Honoria, con la que deseaba casarse.
Explicación:
Atila pasó de ser aliado a ser el terror de Roma, un guerrero despiadado con una leyenda de destrucción que llega hasta la actualidad. De los hunos, y en concreto de Atila, su caudillo más importante, nos han llegado innumerables leyendas, todas ellas relacionadas con su capacidad de destrucción y su poderío militar, jefe de un ejército capaz de aterrorizar a las expertas legiones romanas. Se decía de ellos que no tenían rostro y que se comían a sus enemigos, y su sola mención vaciaba las ciudades: era necesario por tanto, un libro capaz de rescatar los hechos históricos entre el océano de leyendas. Este el encomiable trabajo al que Ana Martos se enfrenta en Breve Historia de Atila y los Hunos. Recorre la autora un segmento cronológico completo de los hunos que abarca desde el debate sobre su origen, hasta su disolución tras la muerte de Atila. Desde su derrota frente al imperio chino, los hunos fueron un pueblo en continua batalla, nómadas en búsqueda perpetua de mejores pastos y más grandes territorios. En esta migración continua hacia occidente, encontraron no pocos enemigos y devastaron a todos los pueblos que se atrevieron a enfrentarse a estas hordas de jinetes. Las dos primeras partes de la obra tratan la génesis y migración de los hunos hacia las fronteras con el Imperio romano, y en la tercera nos presenta la figura de Atila, su maestría como guerrero, pero también su educación romana y su capacidad de gobernar sabiamente a su pueblo desde Panonia, con una corte que mezclaba administradores y sabios tanto romanos como bárbaros.
Sus acciones:
Atila invadió dos veces los Balcanes, estuvo a punto de tomar la ciudad de Roma y llegó a sitiar Constantinopla. Marchó a través de la Galia y llegó incluso a Cenabum, la actual Orleans, hasta que el general romano Aecio lo obligó a retroceder en la batalla de los Campos Cataláunicos en el 451.