4. ¿Por qué les pide doña Sol a los infantes que las deguellen con las espadas de su padre, en lugar de seguir azotándolas?
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"El Cantar del Mio Cid" es una narración en forma de cantar épico, que cuenta la historia del Cid Campeador, Rodrigo Diaz de Vivar, y sus aventuras y campañas, luego de ser desterrado del reino por una calumnia inventada al rey. Su autor es desconocido.
En el tercer Cantar, llamado "La Afrenta de Corpes", se narra un episodio donde los infantes de Carrión están movidos por el deseo de vengarse del Cid al sentirse ofendidos por las burlas que merecieron por su cobardia en el campo de batalla y deciden azotar a sus esposas, hijas del Cid, para luego dejarlas abandonadas en el campo.
Doña Sol, cuando se entera de las intenciones de sus esposos ruega entonces que prefieren ser degolladas por las espadas de su padre (quizás hasta queriendo simbolizar el honor que significa portar esas armas y usarlas para asesinar), que ser maltratadas y abandonadas, lo que significaría un claro acto de cobardia.
Colada y Tizona son las espadas que les regala Diaz de Vivar a los infantes, y Doña Sol les implora que prefieren ser degolladas con ellas, a ser maltratadas inmerecidamente, previniendo la verguenza y deshonra que les ocasionaría a ellos, además de el juicio al que podrian verse sometidos a causa de esto.
En el tercer Cantar, llamado "La Afrenta de Corpes", se narra un episodio donde los infantes de Carrión están movidos por el deseo de vengarse del Cid al sentirse ofendidos por las burlas que merecieron por su cobardia en el campo de batalla y deciden azotar a sus esposas, hijas del Cid, para luego dejarlas abandonadas en el campo.
Doña Sol, cuando se entera de las intenciones de sus esposos ruega entonces que prefieren ser degolladas por las espadas de su padre (quizás hasta queriendo simbolizar el honor que significa portar esas armas y usarlas para asesinar), que ser maltratadas y abandonadas, lo que significaría un claro acto de cobardia.
Colada y Tizona son las espadas que les regala Diaz de Vivar a los infantes, y Doña Sol les implora que prefieren ser degolladas con ellas, a ser maltratadas inmerecidamente, previniendo la verguenza y deshonra que les ocasionaría a ellos, además de el juicio al que podrian verse sometidos a causa de esto.
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