Religión, pregunta formulada por santiagojimenezcarup, hace 3 meses

4 enseñanzas de la niña de la caja de cristal

Érase una vez una linda y preciosa niña que vivía en un pueblecito de Suiza. Su madre la adoraba
y le daba todo el amor que os podáis imaginar, pero vivía siempre preocupada por si algo malo le
pasaba. A menudo se quedaba mirándola embelesada y le decía con ternura:
– ¡Qué bonita eres, hija mía! Tus ojos son hermosos, tu piel es suave como la seda y tu cuerpo es
frágil como una porcelana. No quiero que nada te perturbe ni nadie te haga sufrir.
Tal era su obsesión por protegerla, que una mañana decidió que lo mejor era meterla en una
cajita de cristal. Ya no podría salir, pero al menos la mantendría para siempre a salvo de cualquier
peligro.

A través de un agujerito, le pasaba cada día la comida y el agua para beber. Si hacía buen
tiempo, cogía la caja y la llevaba hasta el jardín que había frente a su casa. Allí la niña se sentaba
a mirar el paisaje, veía volar lindas mariposas, escuchaba el trino de los pájaros y se quedaba
contemplando pasmada el bello cielo azul. Si hacía frío o llovía, ponía la caja en la parte central
de la casa, que era el comedor, para que pudiera ver cómo barría, limpiaba el polvo o realizaba
cualquier otra tarea cotidiana.

La niña sólo miraba, sentadita tras el cristal. Nunca le daba el aire, no tomaba el sol, no podía
correr, no podía jugar… Con el paso del tiempo, empezó a debilitarse. Cada día estaba más
pálida, ojerosa y triste. Dejó de interesarse por lo que sucedía a su alrededor y ya nada le
importaba.
Un día la madre tuvo que ausentarse y la dejó junto a la puerta que daba al jardín. Un grupo de
niños jugaban y reían felices en la calle, sin darse cuenta de que una chiquilla de su misma edad
les observaba desde una celda de cristal. La pobre empezó a llorar. Enormes lágrimas resbalaron
por sus mejillas y se sintió muy desdichada ¡Solamente deseaba ser como los demás!
De repente, un duende apareció por sorpresa y, pegando su nariz a la caja, la invitó a unirse a los
chiquillos. Pero la muchacha negó con la cabeza, pues no podía abrirla de ninguna manera. El
duende, apenado, silbó a los chavales y todos se acercaron a ver qué sucedía. Cuando vieron
que había una niña encerrada en una caja transparente intentaron liberarla, pero resultó
imposible.
El viento, que ese día soplaba fuerte, se compadeció y acudió en su ayuda en cuanto vio lo que
estaba sucediendo. Ordenó a todos que se apartaran y sopló y sopló hasta que la caja de cristal
se rompió.
La niña sintió una ráfaga de aire fresco en la cara, aspiró el aroma de las flores y escuchó
fascinada el canto de las cigarras, que casi había olvidado. Después, descalza como estaba,
empezó a corretear y a tirarse sobre la hierba para sentir su frescor ¡Qué felicidad! El color
regresó a sus mejillas y sus ojos recobraron el brillo de antaño.
Cuando nadie lo esperaba, su madre apareció y se asustó al descubrir que su pequeña había sido
liberada y estaba riendo y saltando con varios niños y un duende de traje verde y sombrerito de
pico. Su primera reacción fue reprenderla y decirle que era una insensata ¿Y si alguien le hacía
algo? ¿Y si se caía y se lastimaba? ¿Y si…?
Pero se paró a mirarla detenidamente y la vio tan feliz y tan llena de vida, que se acercó, la abrazó
con mucho amor, y después fue a por una escoba para barrer los cristales y olvidarse de la caja
para siempre.

doy corona

Respuestas a la pregunta

Contestado por danielanohe16
1

Respuesta:

*  que por mas que queremos a las personas no las tenemos que privarlas de cosas

* que  hay gente buena buscando lo mejor para ti o mi

* el amor sincero  tiene que darse a conocer y no esconderlo

*  lo mejor  que se pude hacer con una persona mas  amada es   darle  su felicidad y amigos

Explicación:

espero te sirva eso me enseña  a mi


santiagojimenezcarup: gracia excelente
danielanohe16: ok
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