4. Ejepy’amongeta ha
Ñemombe’umi peteĩ haipyvo rupive pe karai rembiapo iporã térã ivai:
5. Emoha’anga umi mba’e nde reguerohoryvéva oñemombe’uhaícha mombe’urãme:
6. Eiporavo ko’ã ñe’ẽ apytépe ha emoĩ oñondive:
Isenarã – kandial - che calzoncillo - kandiálpe – icalzoncillo
JOPARA JEHE’A
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Ndaha'ei oiporãmbava pe karai rembiapo ikatu kuri omboja'o icenarã umi karia’ype
Hakate'y rasa oke py'a nandi
Respuesta:
Había una vez un señor muy tacaño en una casita solo, lejos, al fondo de las capueras (4).
Un día, dos muchachos llegan a su casa por la tardecita, al oscurecer, y le piden por favor si puede dejarlos dormir esa noche en su casa. No podía negarse. Los hace sentar cerca del fuego y se pone a charlar con ellos.
Los muchachos tienen mucho apetito pero el dueño de casa no hace más que hablar y hablar y no les convida nada. A escondidas pone debajo de la ceniza unos huevitos para su cena. Entonces, uno de ellos sale y dice:
-Nuestro padre tiene mucha plata, también tiene muchísima tierra. Así va a dividir su tierra entre nosotros -y hace una raya sobre la ceniza.
Entonces se ve uno de los huevos y se lo pasa a su compañero. Vuelve a rayar y sale otro huevo que se lo come él mismo. Raya en muchas partes y lo deja sin cena a ese señor tan tacaño.
-Verdad que tenemos suerte, ahora podemos ir a dormir -dicen y se tiran en la cama.
Entonces el señor se levanta a preparar un candial de almidón para cenar.
-Bueno, voy a cenar a pesar de todo -dice y se sienta como para comer.
Eso oye uno de los muchachos y se levanta. -¿Todavía no te acostaste? -le dice.
-No me acosté todavía porque quiero hacer un candial para almidonar mi calzoncillo -le quiere engañar el señor.
-Yo también quiero almidonar el mío- dice el muchacho y tira en el candial su sucio calzoncillo. Rabioso se pone el tacaño y va a acostarse con el estómago vacío.
Explicación: Esta es la traduccion del texto. Espero que les sirva