4 (CUATRO) APLICACIONES DE ANIMALES GENÉTICAMENTE MODIFICADOS
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
Es un principio básico de la medicina clínica y molecular que la función de las células y los órganos se basa en elementos proteicos específicos. Puesto que la función de las células y en último término de los órganos depende de los polipéptidos que se encuentran presentes, no es sorprendente que cuando se altera la función se produzcan cambios en el contenido de proteínas. En el corazón existen numerosos ejemplos en los que cambios en las proteínas contráctiles se correlacionan con alteraciones funcionales, tanto durante el desarrollo normal como durante el desarrollo de numerosas patologías. De la misma manera, diversas enfermedades cardíacas congénitas se caracterizan por determinados cambios en las proteínas motoras. Para comprender esta relación, y para establecer modelos en los que los procesos patogénicos puedan ser estudiados longitudinalmente, es necesario dirigir el corazón para que sintetice de manera estable la proteína candidata, en ausencia de otros cambios pleiotrópicos. Posteriormente, se puede determinar si la presencia de la proteína causa directa o indirectamente los efectos con el objetivo de definir potenciales dianas terapéuticas. Mediante la manipulación controlada de la dotación proteica del corazón, se puede establecer el mecanismo y la función de diferentes proteínas mutadas o isoformas proteicas. La reconstrucción génica y la transgénesis en el ratón proporcionan herramientas para modificar el genoma de los mamíferos y la dotación proteica motora del corazón. Dirigiendo la expresión de una proteína modificada por ingeniería genética directamente al corazón, es posible remodelar de manera efectiva el perfil proteico cardíaco y estudiar las consecuencias de una única manipulación genética a nivel molecular, bioquímico, citológico y fisiológico, tanto en condiciones normales como bajo estímulos de estrés.