4. ¿Cómo se da el paso del pensamiento mítico al pensamiento racional?
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. EL NACIMIENTO DE LA FILOSOFÍA.El pensamiento filosófico surge en Occidente a raíz del nacimiento de las nuevas formas organizativas sociales que comienzan a gestarse en Grecia al final de la Edad Oscura (s. VIII a.C.). Este nuevo modo de organización social se conformó finalmente como polis, ocupando su centro la acrópolis (situada en la cima de una colina, como antes lo había estado el palacio). La pólisserá la matriz que posibilite una época creadora desde el período arcaico (siglos VIII-VI). Pero “la pólis” no es un concepto relativo a un objeto definido y acabado, sino el resultado de un proceso, o mejor, este proceso mismo, cuyas raíces se hunden remotas en la Grecia antigua, en la gran civilización de la Edad del bronce que conocemos como cultura micénica
La cultura micénica toma ese nombre del núcleo de población y poderío más importante de los aqueos: Micenas. Los aqueos constituyen un pueblo de lengua griega y origen indoeuropeo que, sobre el 1600 antes de nuestra era, irrumpe en la Grecia continental estableciéndose en el noroeste del Peloponeso. Este pueblo con el tiempo llegó a dominar a los cretenses que, anteriormente sobre el 2700 a C., en la Edad del Bronce, habían erigido la cultura minoica o cretense en la isla de Creta. De los aqueos dirá Homero que son los antiguos habitantes de Grecia, los hijos de Aqueo, hijo, a su vez, de Helena, origen y madre del pueblo griego. Pero este pueblo fue mezclándose con otro procedente de Macedonia y del norte de Grecia, del Épiro: los dorios.
La cultura micénica y la de los aqueos –producto de la fusión de elementos mediterráneos e indoeuropeos, de lengua griega y entre cuyos dioses podemos reconocer a casi todo el futuro panteón olímpico- era una civilización “palacial”. Estaba constituida por pequeños territorios alrededor de un centro, del Palacio, habitado por el ‘rey’ (wánax, = homérico ánax, ‘señor’). La sociedad que rige el ánax se organiza mediante una compleja burocracia, apareciendo en ella una economía “redistributiva”. Naturalmente esta centralización no se limitaba al aspecto económico. El Palacio constituye un centro de poder sobresaturado. Cuando hacia el 1200 aparecen en escena nuevos migrantes (tradicionalmente conocidos como “los dorios”, aunque se trata de complejos reflejos de un vasto movimiento de pueblos, conjugados con vacíos de poder en los palacios), la civilización micénica colapsa, o por lo menos a los palacios y a su organización, y se da paso a la llamada Edad Oscura con la que empezaría la historia de Grecia propiamente dicha.
Después de la invasión de los dorios, no nace una nueva cultura, sino que la cultura griega se estanca e incluso desciende en su capacidad creadora y dinamizadora. Esta situación dura unos cientos de años, hasta que una economía ligada al auge del comercio en el Mediterráneo logra establecer nuevos modos de vida.La reapertura del Mediterráneo a la navegación griega supone, pues, el paso de una economía agraria de subsistencia a otra, en la que predomina el comercio y la producción para la exportación, unidos a la actividad derivada de la fundación de nuevas colonias en Sicilia e Italia y en el Ma
La cultura micénica toma ese nombre del núcleo de población y poderío más importante de los aqueos: Micenas. Los aqueos constituyen un pueblo de lengua griega y origen indoeuropeo que, sobre el 1600 antes de nuestra era, irrumpe en la Grecia continental estableciéndose en el noroeste del Peloponeso. Este pueblo con el tiempo llegó a dominar a los cretenses que, anteriormente sobre el 2700 a C., en la Edad del Bronce, habían erigido la cultura minoica o cretense en la isla de Creta. De los aqueos dirá Homero que son los antiguos habitantes de Grecia, los hijos de Aqueo, hijo, a su vez, de Helena, origen y madre del pueblo griego. Pero este pueblo fue mezclándose con otro procedente de Macedonia y del norte de Grecia, del Épiro: los dorios.
La cultura micénica y la de los aqueos –producto de la fusión de elementos mediterráneos e indoeuropeos, de lengua griega y entre cuyos dioses podemos reconocer a casi todo el futuro panteón olímpico- era una civilización “palacial”. Estaba constituida por pequeños territorios alrededor de un centro, del Palacio, habitado por el ‘rey’ (wánax, = homérico ánax, ‘señor’). La sociedad que rige el ánax se organiza mediante una compleja burocracia, apareciendo en ella una economía “redistributiva”. Naturalmente esta centralización no se limitaba al aspecto económico. El Palacio constituye un centro de poder sobresaturado. Cuando hacia el 1200 aparecen en escena nuevos migrantes (tradicionalmente conocidos como “los dorios”, aunque se trata de complejos reflejos de un vasto movimiento de pueblos, conjugados con vacíos de poder en los palacios), la civilización micénica colapsa, o por lo menos a los palacios y a su organización, y se da paso a la llamada Edad Oscura con la que empezaría la historia de Grecia propiamente dicha.
Después de la invasión de los dorios, no nace una nueva cultura, sino que la cultura griega se estanca e incluso desciende en su capacidad creadora y dinamizadora. Esta situación dura unos cientos de años, hasta que una economía ligada al auge del comercio en el Mediterráneo logra establecer nuevos modos de vida.La reapertura del Mediterráneo a la navegación griega supone, pues, el paso de una economía agraria de subsistencia a otra, en la que predomina el comercio y la producción para la exportación, unidos a la actividad derivada de la fundación de nuevas colonias en Sicilia e Italia y en el Ma
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