4 Busca información sobre un ilustrado español y redacta su biografía
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Pedro Rodríguez de Campomanes y Pérez-Sorriba, primer conde de Campomanes (Santa Eulalia de Sorriba, Tineo, Asturias, 1 de julio de 1723-Madrid, 3 de febrero de 1802) fue un político, jurisconsulto y economista español. Fue nombrado ministro de Hacienda en 1760 en el primer gobierno reformista del reinado de Carlos III dirigido por el primer ministro conde de Floridablanca y despojado de sus cargos en 1789 ante el temor que despertó en el rey Carlos IV la Revolución francesa.
Fue el segundo de tres hermanos bien avenidos; el primero fue Josefa (nacida en 1721) y el último Francisco (nacido en 1724); su hermana residió siempre en Cangas de Tineo, donde se casó, y sus hermanos renunciaron a sus cortas herencias en su favor por cariño para ayudarla.1 Además Pedro contribuyó generosamente a sufragar los gastos de sus dos sobrinos Domingo y Francisco en el prestigioso Colegio Mayor de San Clemente de los Españoles de Bolonia; ambos llegaron a altos puestos en el Estado y en la Iglesia, respectivamente.
Los padres de estos tres hermanos fueron Pedro Rodríguez Campomanes (de Sumión de Arriba, nacido en 1688) y María Pérez Fernández (de Sorriba, nacida hacia 1690). Ambos progenitores eran hidalgos de clase, aunque el linaje Campomanes era más antiguo que el de la madre. Al fallecer su padre (1724), la madre confió su manutención y formación a un tío suyo, Pedro Pérez de Sorriba, canónigo de la colegiata de Santillana del Mar; después se le uniría su hermano Francisco. Los primeros estudios los hizo en Santianes (Santianes de Tuña o de Tuna), cerca de Sorriba, y solo marchó a Santillana con su tío cuando tenía unos siete años; allí se formó demostrando una inteligencia precoz en el estudio de las lenguas clásicas (a los diez años traducía fragmentos de Ovidio); en efecto, tuvo un buen maestro de latinidad, Manuel Gozón. Pedro y Francisco recibieron la primera tonsura el 26 de septiembre de 1736 con 12 y 13 años de edad, quizá para poder acceder a algún beneficio eclesiástico; pero solo siguió la carrera eclesiástica Francisco. Aconsejado por Gozón, Pedro enseñó voluntaria y gratuitamente latinidad en Cangas de Tineo, pero ya a los trece años leía sponte sua las Instituta de Justiniano. Luego inició la carrera de leyes en Oviedo, que continuó y concluyó en Sevilla, siempre como manteísta, aunque solo se supone: no hay constancia documental alguna de que estudiara en esos lugares entre 1739 y 1745, aunque sus panegiristas Traggia y Doménech escribieron que se licenció in utroque iure en Sevilla2 y se trasladó a Madrid; el propio Campomanes escribió que estaba en Madrid ya en 1741, con 18 años, haciendo cuatro años de pasante simultáneamente en los despachos de Juan José Ortiz de Amaya y de Miquel Cirer y Cerdá; incluso se fogueó en los tribunales durante un año como miembro de la Junta de práctica de Tomás Azpuru y Jiménez. Ortiz de Amaya estaba emparentado con el abad de la colegiata de Santillana del Mar, Gaspar de Amaya, así que hay que suponer que habría sido recomendado como joven neófito por su tío, el canónigo Pedro Pérez de Sorriba.3 Finalmente obtuvo el título o títulos de Bachiller en Leyes y de Bachiller en Cánones y recibió el de Licenciado el 4 de diciembre de 1745 con 22 años y 5 meses. Solicitó una habilitación especial de un semestre por la lentitud de las gestiones antes de ser admitido en el Colegio de Abogados de Madrid y abrió un bufete; demostró tan portentosa competencia como abogado, que los nobles recurrían a sus servicios continuamente. Era, asimismo, un lector voraz; y fue uno de los pocos que leyeron y comprendieron a Baruch Spinoza;4 entre sus libros estaba, incluso, el Tratado de la naturaleza humana de David Hume.