Castellano, pregunta formulada por nataliapereiramontoy, hace 1 mes

3. Resume 12 Palabras cl argumento del Cuento "Los nueve mirlos"​

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Contestado por alfredodelosmonteros
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Explicación:

Ella era gorda, baja, pecosa y de cabellos excesivamente crespos. Su busto se volvió enorme, mientras todas nosotras seguíamos chatas. Como si fuera poco, se llenaba los bolsillos de la blusa, por encima del busto, con caramelos. Pero tenía lo que todo niño devorador de historias querría tener: un padre librero.

De poco le valía. Y a nosotras menos todavia: incluso para los cumpleaños, en lugar de algún librito, ella nos entregaba una tarjeta postal de la librería de su padre. Y para colmo con el paisaje de Recife, donde vivíamos, con sus puentes. Atrás escribía con caligrafía ornamentada palabras como fecha de nacimiento y saudade.

Pero qué talento tenía para la crueldad. Ella era pura venganza, chupando sus caramelos y haciendo ruido. Cuánto nos debía odiar esa niña, a nosotras que éramos imperdonablemente bonitas, esbeltas, altas, con cabellos sedosos. Conmigo ejerció con calma ferocidad su sadismo. En mi ansia por leer, yo ni notaba las humillaciones a las

que ella me sometía: seguía implorando en préstamo los libros que ella no leia. Hasta que llegó para ella el gran día de empezar a ejercer sobre míjuna tortura china. Como sin querer, me informó que tenía As reinações de Narizinho.

Era un libro grueso, Dios mío, un libro para vivir con él, comiéndolo, durmiendo con él. Y totalmente por encima de mis posibilidades. Me dijo que pasara por su casa al dia siguiente y que ella me lo prestaria. Hasta ese día siguiente me transforme en la esperanza misma de la alegría: no vivía, flotaba lentamente en un mar suave. Al día siguiente fui a su casa, literalmente corriendo. Ella no vivía en un sobrado como yo, y si en una casa. No me invitó a entrar. Mirándome fijamente a los ojos, me dijo que le habia prestado el libro a otra niña, y que volviese al día siguiente a buscarlo. Boquiabierta, me retiré despacio, pero pronto la esperanza de nuevo me invadia toda y yo retomaba la calle dando saltitos, que era mi modo extraño de andar por las calles de Recife. Esta vez no me caí: me guiaba la promesa del libro, el día siguiente llegaría, los dias siguientes eran toda mi vida, el amar por el mundo me esperaba, y seguir saltando po las calles como siempre sin caerme ni una vez.

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