3 reflexiones sobre la caida del muro de berlin
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La primera reflexión es que sólo fue posible vencer a
este totalitarismo desde dentro, con los recursos espirituales, la cultura y fe perseverante de un pueblo, que muchos creían
inocentes e inútiles.
El Muro de Berlín no cayó, sino que lo derribaron. La resistencia efectiva y organizada contra la dictadura del proletariado
vino, paradójicamente, de entornos obreros y por reivindicaciones sociales. En Danzig, 1980, unos obreros de mono azul
comenzaron a organizarse para defender sus derechos como trabajadores, para exigir mejoras en sus condiciones laborales.
Entre ellos estaba Lech Walesa, el que fuera líder del sindicato “Solidaridad” y posteriormente primer ministro de Polonia.
Los primeros en extrañarse de este cambio fueros los propios líderes comunistas, quienes, a parte de la violencia, ya no
sabían cómo reaccionar. La segunda es que, teniendo en cuenta el uso legítimo de la fuerza armada, una lucha pacífica y
digna, fundamentada en reivindicaciones orientadas al bien común, como fue el trabajo, el salario o la justicia social, puede
abatir dictaduras que parecían invencibles. Iniciativas organizadas demuestran que, con perseverancia, se pueden destruir
muros y barreras bajo el signo de la libertad y de la hermandad de los pueblos.
El socialismo revolucionario surgió como reacción para dar respuestas al problema laboral. La caída del comunismo no
significa que la democracia o el modelo económico del capitalismo vayan a solucionar todos los problemas, como un
determinismo histórico. Hoy nos enfrentamos a importantes retos. Muchos de éstos tienen su raíz en una nueva versión
global del capitalismo, que en ocasiones se manifiesta totalizante y agresivo. Surgen tres preguntas: ¿es posible una
economía de libre mercado que no sea sinónimo de egoísmo e injusticia social? ¿Qué sentido tiene la democracia en un
mundo en que los Estados pierden progresivamente competencia y soberanía, y no saben explicarlo a sus propios
ciudadanos? ¿Sobre qué fundamentos se deben construir una nueva economía y una nueva democracia, especialmente en
países en vías de desarrollo? La tercera reflexión es que el principio de solidaridad es decisivo para construir un nuevo mundo, más libre y más justo. Los problemas que tenemos delante -y que afectan al ámbito de la defensa y la seguridad-, no
se podrán dejar en manos de “comisiones de expertos”, sino que deberán implicar a la opinión pública de muchos países, y
necesitará ideas claras y principios morales.
Explicación:
Respuesta:
- Esta separación de familias y de oportunidades duró desde 1961 hasta 1989. Por mi lado, esos 10 años en Berlín Occidental implicaron que el muro era simplemente una realidad del día a día. Con pasaporte colombiano, tenía la oportunidad de cruzar hacia la otra Berlín, y observar las despedidas con lágrimas de familiares y amigos.
- El muro, sin embargo, era parte de la cotidianidad de una verdad que nunca pensé que podría cambiar. Algo tan incomprensible y tan irreal, se había convertido en algo aceptado y común. Sin embargo, en 1989 ante la crisis del comunismo europeo, cae el muro y un año después se unifican las dos Alemanias. Berlín, ya una ciudad única de nuevo, vuelve a ser la capital y si bien la unificación no ha sido fácil, la barrera física desapareció.
- El muro, sin duda, fue símbolo de la debilidad del totalitarismo y del fracaso del comunismo soviético. Pero tampoco se debe olvidar que su origen fue el fascismo que gobernó a Alemania, e instauró un régimen racista, cruel y que llevó a Europa a una guerra destructora e inhumana. Lo grave e incomprensible de la actualidad, es que partidos políticos que representan hoy precisamente ese nacionalismo y racismo, así como la exclusión y la intolerancia, están cobrando mucho fuerza en Europa.
Explicación:
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