3 propuestas de solucion para el consumismo
Respuestas a la pregunta
Respuesta:
La primera clave del consumo consciente es consumir menos. Reducir nuestro consumo es la medida más eficaz para que nuestro día a día tenga menos impacto ambiental y, a la vez, reducir los malestares y las injusticias asociadas a la sociedad del consumo. Consumimos mucho más de lo que necesitamos y mucho más de lo que el planeta puede sostener.
Tenemos cuatro grandes vías para reducir nuestro consumo:
1. Buscar maneras de satisfacer cada necesidad sin consumir;
2. No derrochar, es decir, gastar solo los recursos estrictamente necesarios;
3. Mantener en buen estado los objetos que tenemos o usamos, y
4. Reparar aquello que se nos estropee o se haya echado a perder.
El objetivo de la economía que sustenta la sociedad de consumo es que compremos cuantos más bienes y servicios mejor, tanto los que aparecen nuevos en el mercado (algunos serían lo que justamente se conoce como “necesidades creadas”) como los de toda la vida.
En cambio, el objetivo del consumo consciente es exactamente el opuesto: evitar consumos superfluos.
Por eso, para conseguirlo debemos preguntarnos, antes de consumir, cuál es la necesidad específica que tenemos y buscar formas de satisfacerla que no impliquen consumir nada.
El consumo consciente pasa por evitar los consumos superfluos, no derrochar recursos, mantener en buen estado lo que tenemos y reparar lo que se haya estropeado o deteriorado. El objetivo: consumir menos. ¡Damos pistas para conseguirlo!
Consumir menys
La primera clave del consumo consciente es consumir menos. Reducir nuestro consumo es la medida más eficaz para que nuestro día a día tenga menos impacto ambiental y, a la vez, reducir los malestares y las injusticias asociadas a la sociedad del consumo. Consumimos mucho más de lo que necesitamos y mucho más de lo que el planeta puede sostener.
Tenemos cuatro grandes vías para reducir nuestro consumo:
1. Buscar maneras de satisfacer cada necesidad sin consumir;
2. No derrochar, es decir, gastar solo los recursos estrictamente necesarios;
3. Mantener en buen estado los objetos que tenemos o usamos, y
4. Reparar aquello que se nos estropee o se haya echado a perder.
A continuación, damos pistas y ponemos ejemplos para conseguirlo!
Replantear necesidades, satisfacerlas sin consumir
El objetivo de la economía que sustenta la sociedad de consumo es que compremos cuantos más bienes y servicios mejor, tanto los que aparecen nuevos en el mercado (algunos serían lo que justamente se conoce como “necesidades creadas”) como los de toda la vida. En cambio, el objetivo del consumo consciente es exactamente el opuesto: evitar consumos superfluos. Por eso, para conseguirlo debemos preguntarnos, antes de consumir, cuál es la necesidad específica que tenemos y buscar formas de satisfacerla que no impliquen consumir nada. El consumo consciente no pide renunciar a todo, pero sí saber qué hay detrás de nuestras necesidades y deseos y qué costes reales se esconden detrás del que consumimos.
EJEMPLO:
• Juguetes: lo que necesitan los niños es adquirir aptitudes, descubrir el mundo, expresar libremente deseos y sentimientos, pasárselo bien, potenciar la imaginación y la creatividad… Lo consiguen jugando, en muchas ocasiones sin recurrir a ningún juguete comprado.
• Viaje o salida de fin de semana: si lo que en realidad necesitamos es descansar y descubrir nuevas cosas, podemos conseguirlo con un libro desde el sofá de casa. Si necesitamos desconectar, podemos apagar las pantallas de casa y salir a correr o a dar un buen paseo.
• Regalos: tiempo, vivencias, dedicatorias… pueden ser muy apreciados.
• Encender la luz del escritorio: si lo que necesitamos es un poco más de luz para poder trabajar, la podemos conseguir colocando la mesa más cerca de la ventana (y si puede ser al sur).
• Tecnología: ¿cuántos aparatos de nuevas tecnologías tenemos en el cajón sin utilizar? ¿Podríamos conseguir las mismas prestaciones con alguno menos y seguir viviendo prácticamente con la misma comodidad?