3.-LA GORDA
Muchos se han preguntado si, de veras, la Gorda era un ángel. Pero, ante las evidencias, no les quedó más que desechar sus dudas, aceptando la realidad.
Claro que no tenía alas, y de poco le iban a servir, con su grande y generosa anatomía. Pero sabía estar, en el instante justo, en el sitio en que la necesitaban, por lejos que estuviera. Un poco agitada, sí, pero puntual.
No irradiaba nunca una luz muy fuerte de su ancha cara dulce y triste, pero, ¡cómo iluminaba su proximidad un rostro oscurecido por la vida!
Jamás hizo un milagro sonado, de esos que registran las causas de santidad; pero vivía de los pequeños prodigios: con un hilo, sus mágicos dedos hacían ya una minúscula red, ya una diminuta canasta, ya una hamaca como para un ratoncito; con un hilo y un botón, un roncador, que sonaba más que un trompo; con nada, era capaz de crear un mundo que encantaba a los niños, que la miraban extasiados.
Con encaje barato y unas cintas, convertía en nueva la ropa vieja de los tíos; vestía nietos, como en otra época hermanos, hijos, primos, sobrinos, conocidos... Remozaba con flores pintadas, viejos tapetes, que rejuvenecían antiguos muebles... Con esa capacidad de transformarlo todo, un poco de harina y aceite eran una torta deliciosa; reunidas cuatro verduras hacían exquisita comida; en suma, milagreaba todo el tiempo.
Ah, y en tratándose de aliviar pequeños males, no había más que llamarla. La mejor medicina eran sus manos, siempre prodigiosas, posándose tiernas, sobre la frente sudorosa o aplicando paños, hierbas, ungüentos en el cuerpo adolorido.
El único problema es que un mal día la Gorda murió, y los expertos en ángeles dicen que estos no pueden morir. Es muy complicado explicarles que murió, pero sigue viva. Sí, en el recuerdo no ha dejado de tejer un solo instante misteriosos objetos con su hilo y sus dedos maravillosos; continúa transformando cuanto toca, con su aguja, sus rudimentarios pinceles o su sazón increíble; y hasta como que consuela dolores, al paso, en un silencio en el que apenas se escucha un leve roce, cual el de unas livianas alas: ahora que no tiene cuerpo, deben estarle funcionando de maravilla.
Contestar las siguientes preguntas:
1. El presente texto es:
A. Histórico
B. Narrativo
C. Científico
D. Argumentativo
2. Aquellos que dudaban respecto de la gorda, tuvieron que aceptar la realidad debido a:
A. Las dudas
B. Las preguntas
C. Los desechos
D. Las evidencias
3. "(...) con su grande y generosa anatomía". La palabra generosa se puede reemplazar por:
A. Abundante
B. Dadivosa
C. Desproporcionada
D. Buena
4. ¿Por qué no importaba que la gorda no tuviera alas?
A. Porque no le hubiesen servido por su gordura
B. Porque siempre estaba agitada
C. Porque solía estar en el momento preciso
D. Porque siempre era impuntual
5. En el texto ¿qué podría significar un rostro oscurecido por la vida?
A. Las huellas de la enfermedad
B. La huellas del trabajo
C. Las huellas que va dejando el día a día
D. Las huellas de la mala vida
6. Se podría decir que la proximidad de la gorda provocaba:
A. Desasosiego
B. Alivio
C. Tristeza
D. Dulzura
7. " de esos que registran las causas de santidad;". En esta frase la palabra esos reemplaza á:
A. Pequeños
B. Sonados
C. Mágicos
D. Milagros
8. La característica de andar milagreando todo el tiempo era su:
A. Perspicacia
B. Sazón
C. Constancia
D. Creatividad
9. Según el texto las __________ eran mágicas y prodigiosas.
A. Manos
B. Las luces
C. Las cintas
D. Las flores
10. De acuerdo al final de la historia, se puede inferir que la Gorda:
A. Era una simple mujer
B. Era un problema para los expertos
C. Era un verdadero ángel
D. Era un recuerdo
Respuestas a la pregunta
Contestado por
2
Respuesta:
1- b
2-d
3-a
4-c
5-b
6-d
7-d
8-c
9-a
10-a
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