3 ideas principales sobre este texto En la epístola a los Gálatas (4, 4) San Pablo dice: "Cuando vino la plenitud del tiempo, envió Dios a su Hijo, nacido de una mujer, nacido bajo la ley ... ". Cuando vino la plenitud del tiempo, es decir, cuando Dios se ha manifes- tado a la humanidad, escogiendo un pueblo, educándolo y hablándole por medio de los profetas portavoces "suyos": "muchas veces y de diversas maneras" (Heb 1, 1); se realiza dentro de la historia, la etapa definitiva: "el Padre envía a su Hijo" y lo hace a través del ministerio maternal de María. Ella es la mujer que lo reviste de la carne humana y que por lo mismo, 3. Puebla No 299. entra en el plan de Dios de una manera directa, dándole así, una n ue- va relación entre Dios y la humanidad. En esta nueva situación, María como mujer, ayuda a la autocom- prensión del ser humano en su rela- ción con Dios y con los demás. María sirve a la h umanización del hombre y del mundo, transparentando su rol y su identidad de mujer, en una visión evangélica. En María, dice el documento de Puebla: "Dios dignificó a la mujer en dimensio- nes insospechadas. En Maria el Evan- gelio penetró la feminidad, la redimió y la exaltó ... María es garantía de la grandeza fe- menina, muestra la forma específica de ser mujer, con esa vocación de ser alma, entrega que espiritualice la carne y encarne el espíritu"3. María es grande, porque es una criatura asumida por Dios en su con- dición de mujer y porque ella ha dado una respuesta libre a la voluntad del Señor. María, como creyente y heredera de la Antigua Alianza, participa de la fe y de la esperanza bíblicas. Ella asume y sintetiza la fe de Abraham y de los profetas; y así como el patriarca, por la fe en la Palabra de Yahvé, salió de su patria "sin saber a dónde iba", María en actitud de fe se coloca en las manos de Dios para cumplir su voluntad. Ella encarna la espiritualidad de los pobres de Yahvé, expresada por una actitud de piedad y de expectativa mesiánica, pero también encarna a las futuras gene- raciones en su afán de justicia y de liberación. María está en la última etapa de fe del Antiguo Testamento, pero supera esa fe; ella es el puente tendido entre las dos alianzas, es la síntesis de toda la fe del pueblo de Israel y del nuevo pueblo fundamentado en la vida y en el mensaje de su hijo, a quien le estará plenamente unida no sólo por el vínculo de la maternidad, sino prin- cipalmente por el vínculo de la fe. María, además de creyente, es una mujer libre; ella tuvo la capacidad de tomar decisiones. Estando desposada y reconociendo sus compromisos, se abrió al misterio de la vida, y aceptó la palabra creadora de Dios, ante el desafio de una realidad y de un con- junto de acontecimientos que esta- ban más allá de la inteligencia y de la comprensión. Ella, que pertenecía a un pueblo que se hallaba sensibili- zado desde antiguo por el tema de la libertad, cuando por el mensaje del ángel descubrió la presencia libera- dora de Dios, no dudó en declararse como "la esclava del Señor" y ale- grarse, no sólo por ella misma, por la gracia de que era objeto, sino por todos aquellos que esperaban la liberación de parte del Señor, que mantiene su palabra y es fiel a sus promesas. Su "flat" la solidariza con quienes a causa de la opresión de que son vic- timas, no tienen libertad de opinar, ni de decidir sobre sí mismos, ni sobre el futuro. María que formó parte de los pobres de su pueblo, que compartió su vida ardua y anónima, se convierte en signo y esperanza de liberación para todos los pobres y sufrientes. También la opresión que nace de la soberbia y del orgullo de los indivi- duos, de los grupos o de las institu- ciones, es liberada en María, por su humildad y acatamiento a la volun- tad del Señor.
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perdon podrias hacer un resumen
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¡¡¡DALE!!!!
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